La capital tinerfeña ha estados todos estos días como una auténtica olla a presión por culpa del Plan General. Los detractores del nuevo planeamiento urbanístico se dividen entre los desmoralizados y los que plantean batalla, tanto jurídica como mediática. Los defensores han utilizado todas las herramientas a su alcance, desde el famoso artículo de opinión de los 27 (ya se reconoce que no era un comunicado del Colegio de Arquitectos), hasta la distribución masiva de folletos informativos sobre las bondades del plan. Para el reparto han faltado manos, de ahí que se haya visto a importantes asesores, secretarias de la alcaldía y de la gerencia y a otros seres municipales dependientes dándole a la suela y al buzoneo. La noche de este lunes se especulaba con que ATI había convocado a sus bases a una vigilia a las puertas del Ayuntamiento a partir de las tres de la madrugada y hasta que el pleno se celebre. O el cuerpo aguante.