La segunda extrañeza que nos asalta es el momento que ha elegido la magistrada Bellini para proclamar públicamente su amistad íntima con José Manuel Soria. Lo hace cuando se entera de que va a formar parte de la Sala que ha de resolver el recurso de apelación de Justicia y Sociedad contra el polémico archivo del caso salmón. Desconocemos en estos momentos si acaso iba a ser la ponente de la resolución a dictar, pero a la magistrada le ha bastado su inclusión en el equipo de magistrados que ha de resolver ese asunto para abstenerse. Así las cosas, ¿por qué no se abstuvo el 29 de junio de 2007 cuando formó parte de la misma Sala que resolvió el archivo de la denuncia de Francisco Cabrera contra José Manuel Soria por sus flagrantes mentiras ante la comisión de investigación de la trama eólica, aquella ópera bufa montada en el Parlamento a mayor gloria de la infamia y la vergüenza? Porque, según el relato fáctico de la magistrada, el 29 de junio de 2007, ya mantenía “una estrecha amistad” con el entonces denunciado.