El mensaje de Soria y de la gente del PP tiene mucho peligro. No sólo pretende descalificar al PSOE con acusaciones imposibles, es que además trata de asustar a los funcionarios policiales para que anden con mucho tiento cuando de miembros del PP se trata. Nos consta que numerosos inspectores, incluidos algunos que cargan a la derecha, están muy cabreados con esas manifestaciones. Para la tarde de este viernes estaban previstas algunas reuniones de sindicatos policiales para estudiar las manifestaciones de Soria y producir alguna manifestación pública de rechazo. Pero, además de la Policía, el mensaje de descrédito de las instituciones del Estado bien podría estar calando entre jueces y fiscales, que se palpan la toga, revisan manuales, jurisprudencia y leyes de enjuiciamiento con mayor pulcritud de la habitual, que ya era. Porque, en aplicación de la pulcritud, posiblemente hubieran sido ajustadas a Derecho incluso decisiones más drásticas del juez de la operación Góndola. Y del fiscal, que en ninguno de los casos pidió prisión para los detenidos, imprescindible para un auto de ese tipo.