Lo que ya no es tan normal es que en las actuaciones eólicas no haya ni una sola conversación entre el principal encartado, Celso Perdomo, y su jefe político, Luis Soria. Ni antes, ni durante ni después de la denuncia de Alberto Santana; ni antes, ni durante ni después de la salida del PP del Gobierno de Canarias. Es una especie de agujero negro que entre todas las partes personadas en el proceso habrán de intentar aclarar para la posteridad. Luis Soria colaborará de buen grado, de eso estamos seguros, porque, según su hermano, no tiene nada que ocultar, de lo cual nos alegramos. Citar al ex consejero en este momento procesal, con las actuaciones liberadas del secreto, permite rematar las investigaciones de un modo magistral, bien en el sentido de la “normalidad” soriana, o bien abriendo una nueva vía de investigación que habría de conducir de modo necesario al Puerto de Arnáiz y al Cabildo de José Manuel Soria. La respuesta, muy pronto.