No vive los momentos más democráticos de su historia el señero Club Natación Metropole, de Las Palmas de Gran Canaria, dirigido por una junta que preside el señor Macario. No ha gustado al presidente que publicáramos que el gerente de la entidad tiene una condena por estafa, del mismo modo que seguramente le habrán molestado otras verdades, como determinadas posturas homófobas que dicen bien poco de la tolerancia de un club que se resiste a la modernidad en algunos aspectos. Por eso, hace unos pocos días, en una junta directiva nos llamó cosas irreproducibles, al tiempo que faltó al respeto a otros periódicos locales sobre los que dijo ejercer un control férreo para que no aparecieran las cosas desagradables del Metropole. Respetamos mucho sus opiniones sobre la prensa, pero la verdad es que dicen bien poco de un dirigente social.