Nuevo episodio churrigueresco en la oposición municipal de Las Palmas de Gran Canaria, la que ejecuta como puede y su legado le permite el Partido Popular. Después de haberse cargado durante sus sucesivos mandatos Guaguas Municipales, después de haber hecho todo lo posible por jeringar al transporte público tanto en la capital como en la isla de Gran Canaria, los hombres y mujeres de Pepa Luzardo descubrieron al pasar a chupar banquillo la bondad del transporte colectivo. Así, se lanzaron a defender a capa y espada la titularidad pública de Guaguas Municipales, la exclusividad de algunas de sus líneas, la mejora de su concesión... Hasta que se acaban de tropezar con una vieja reclamación del barrio de Siete Palmas: un transporte de calidad aceptable. Los vecinos propietarios de coches se oponen a un carril bus porque pierden aparcamientos en la calle, y el PP se alinea entonces con el transporte privado. No está mal.