Las injerencias políticas que parece dispuesto a admitir el presidente de los empresarios de Las Palmas se limitarían, según su discurso, a que se sienten todos los que tienen mando en plaza alrededor de una mesa para hacer un pacto que él denominó unidad para el progreso de canarias, en siglas, UPC, fitetú. A su vez, reclamó de las instituciones menos burocracia, menos impuestos para los empresarios, más seguridad jurídica, una justicia más ágil y mejor seguridad ciudadana. Y para que nadie se lleve a engaño y cesen las valoraciones xenófobas, Grisaleña destacó “la contribución de los inmigrantes a nuestro sistema productivo”. Y Paulino Rivero comiéndose el marrón.