Dice José Segura, delegado para Inmigración en Canarias, que los incidentes de las últimas fechas entre militares y policías se deben a disfunciones. Y un pimiento, le contestan desde los sindicatos policiales, ahí hay tomate y el Gobierno socialista no lo quiere reconocer. Hemos preguntado por aquí, olfateado por allá, revisado unas fotografías por acullá, y hemos llegado a la conclusión de que estamos ante un enfrentamiento abierto entre la Capitanía General de Canarias y el Cuerpo Nacional de Policía. Alguien desde el mando del Ejército ha dado las órdenes oportunas para que se corten las alas (la luz, los accesos y la paciencia) a los policías que vigilan a los inmigrantes en el centro de Las Raíces (La Laguna) y ese alguien seguramente se está saltando órdenes directas del Gobierno. Una indisciplina, más que una disfunción. Ahora entendemos por qué no vimos a los altos mandos militares en el acto del patrono de la Policía, al que sólo acudieron los condecorados por ese cuerpo civil.