La primera discusión que se plantea a partir del auto del TSJC es quién va a valorar los terrenos (acantilados, según la querella de la fiscal anticorrupción) por los que el Ayuntamiento de Santa Cruz pagó un dineral sin que existiera una valoración coherente. Hay que releerse muchos documentos para detectar, por ejemplo, los temores que constan en acta manifestados por el concejal socialista Emilio Fresco, que llega a preguntar si aquello que el Ayuntamiento estaba cocinando era legal o una trapisonda marca de la casa. Porque tendría mucha guasa que entre todos pactaran que la persona más cualificada para hacer la valoración que ahora exige el TSJC sea Pía Oramas, arquitecta municipal en la época del presunto pelotazo, y hermana de la alcaldesa de La Laguna y factotum de ATI, Ana Oramas. Doña Pía valoró Las Teresitas en 3.210 millones de pesetas, así que ya se imaginarán ustedes de qué estamos hablando.