Dice la querella en su apartado número cuatro que el abogado de Suárez Gil recibió del de la señora Navarrete el pasado 14 de febrero, día de los enamorados, dos sobres, dos, que le fueron entregados en mano en la muy céntrica calle de Viera y Clavijo. El primer sobre contenía un “listado de asuntos pendientes de estudio” y el otro una carta que la esposa había dirigido a su esposo en noviembre pasado poniendo una serie de asuntos en el lugar que ella creía que debía ponerlos. De esta carta ya les daremos cuenta si fuera o fuese menester, porque estamos seguros de que les va a permitir explicarse muchas cosas que ocurrieron después, particularmente aquellos sucesos de la casa de Tafira Baja de enero de 2011, cuando el Zorro Plateado encañonó a su esposa con una nueve milímetros. Pero el primer sobre, el del listado de asuntos pendientes, tiene una sustancia que no nos resistimos a relatarles. Porque los “asuntos pendientes” son los siguientes: “venta del solar de Fedalime, venta de las acciones de Unifrutti a Armando José, operaciones efectuadas en los últimos años de José Miguel Suárez Gil a favor de varias personas cuyas cuotas tributarias no han sido satisfechas y operación de venta del terreno de Unifrutti a Promotafe” en el polígono de Jinámar. ¿No les suena de nada lo del solar de Fedalime? Si, ese, el que está al lado del centro comercial La Ballena. Exactamente. ¿Comprenden por qué deseamos que el juez admita a trámite la querella?