La táctica de Soria consiste ahora en descalificar a los que le acusan. Cree que todo el mundo miente, como él hace de modo permanente, y se inventa que el periodista contrató a un testigo para que dijera mentiras en un juicio. Nada nuevo, conociendo como conocemos todos al personaje. La verdad fue publicada en su día y nadie la desmintió hace cinco años: la empresa que estaba mejor puntuada en el primer informe por parte de los técnicos del servicio del Ciclo Integral del Agua del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria fue presionada para que no presentara ni recursos ni querellas contra aquella adjudicación. Se le dijo claro: si hay recurso los franceses no vuelven a trabajar en Las Palmas. Y el recurso se retiró. Lo que pasa es que esa verdad no incomodó entonces y ahora se vuelve absolutamente en contra del presidente del PP, que vaga por los tribunales buscando a alguien que le crea.