Tras un primer contacto de Soria con Carlos Dávila, tocaba cerrar los acuerdos menos románticos, es decir, los puramente económicos, para lo que el PP se dispuso a utilizar los dineros de una empresa pública del Gobierno de Canarias, Promotur, adscrita a la Consejería de Turismo, dirigida por la inigualable e irreprimible Rita Martín. A sabiendas de las deficiencias intelectuales y políticas que presenta esta consejera, Soria prefirió desde el primer momento que los acuerdos con Intereconomía los cerrara la gerente de Promotur, Yolanda Perdomo, que se desplazó a Madrid con la excusa de unas jornadas sobre contratación turística en Internet. A su regreso, Promotur puso en marcha el famoso concurso de más de 182.000 euros que tenía un destinatario claro, dado el perfil del grupo mediático que se definió en las bases: una cadena de ámbito nacional, con presencia en Península y Baleares, con radio, televisión y publicación en Internet, que dedique al menos el 70% de sus contenidos a información económica. O sea, Intereconomía.