'El fajín rojo' fotografía los años sombríos de la comunidad rural canaria
El fajín rojo no es nada más -y nada menos- que una fotografía de los años sombríos de la comunidad rural canaria. Un retrato en sepia de la sociedad de principios de los años 50, donde las fuerzas vivas de los puebles del interior de las Islas manejaban y maniobraban a su antojo la vida social y laboral de los vecinos de aquellos municipios. Su autor, Ezequiel Ramírez, se ha valido de los testimonios de familiares “escuchados furtivamente en mi niñez”, y de los recabados a los vecinos de su pueblo natal, La Aldea.
Ezequiel Ramírez, profesor de instituto y ex consejero de Industria del Cabildo de Gran Canaria, narra en El fajín rojo la historia de una joven que, preñada a los quince años, es expulsada por su familia, viéndose abocada a forjarse un futuro en un momento nada alentador para una familia monoparental que, “en aquellos años difíciles de la posguerra mundial, era sinónimo de apestada”, explica Ramírez.
Unos años, prosigue el autor, “donde las relaciones y la emigración hacia otro pueblo eran tan difíciles que despertaban la solidaridad de otros que anteriormente habían recalado en las vecindades de costa, reemplazadas por otros destinos laborales como Venezuela”.
Ezequiel Ramírez detalla que los hechos descritos en El fajín rojo transcurren en los primeros años de la década. “Años en que la sociedad rural de la Canarias profunda, empujada por los cambios desde la agricultura de subsistencia a la de exportación, se vio obligada a emigrar desde las medianías de las Islas hacia la costa, donde la floreciente industria del tomate ofrecía un futuro esperanzador. Sociedad fuertemente politizada, donde los principios de autoridad paternos prevalecían inmovilistas y machistas. En donde la emergente economía agrícola cabalgaba a la grupa de aquellos brillantes años del franquismo más severo y cruel”.
Ezequiel Ramírez expone su libro el próximo jueves 7 de mayo en el Club Prensa Canaria, a las 19.00 horas, cuya presentación correrá a cargo del alcalde de la capital grancanaria. Jerónimo Saavedra.
