Vestigios de laurisilva en el Barranco de la Mina

Un fin de semana en el que el sol no aprieta y ya se han quedado atrás las altas temperaturas parece idóneo para descubrir, a pie, algunos de los paisajes que la naturaleza de las islas reserva a los senderistas. CANARIAS AHORA propone un recorrido en ascenso por el Barranco de la Mina, unos dos kilómetros de recorrido desde el arranque en Lagunetas rodeados de vestigios de laurisilva y gotas de rocío que dejan los saltos de agua que salpican el camino.

La ruta se inicia a la salida del casco de Las Lagunetas, en el municipio grancanario de San Mateo. Varios carteles indican el acceso al sendero principal, de dificultad entre media y alta, especialmente por la altitud, a más de 1.500 metros sobre el nivel del mar.

El agua es la clave del lugar. Salvo en los años de sequía extrema en la isla, nunca falta. Tres saltos decoran el recorrido, que conduce hasta la antigua galería construída en el siglo XVI como trasvase. Es lo que retenía la mina, que en lugar de metal o piedras preciosas servía para conducir el agua que movía los molinos que coronaban el barranco.

Tras el paseo, aguarda en la cumbre un tesoro de agua helada, para refrescar los sudores de la caminata: un charco de unos pocos metros cuadrados donde es apto el baño y que posibilita retomar el aliento antes de emprender el descenso entre saos, laureles y pasteles de riscos, de vuelta a casa.

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