Dimite el ministro de Interior palestino ante la imposibilidad de imponer el orden
El ministro de Interior palestino, Hani al Qawasmi, ha presentado este lunes su dimisión ante la imposibilidad de imponer el orden en las calles de Gaza, horas después de reanudarse los choques entre milicianos de Hamas y Al Fatah tras la tregua alcanzada la noche de este domingo.
Su cargo lo asumirá temporalmente el primer ministro palestino, Ismail Haniye.
Al Qawasmi explicó a los periodistas frente a su hogar que la falta de “autoridad plena sobre los servicios de seguridad”, le empujaron a tomar esa decisión, que ha originado un recrudecimiento de las hostilidades entre simpatizantes de Al Fatah y de Hamás.
“Quería tener plenos poderes en mis manos. No quería ser un ministro ocioso”, argumentó.
Los incidentes de esta mañana, en los que murieron dos palestinos y resultaron heridos otros tantos, rompieron una tregua alcanzada anoche en Gaza con la mediación de Egipto.
La renuncia de Al Qawasmi, que discutirá hoy el consejo de ministros palestino, llega tras el mayor estallido de violencia entre partidarios de Al Fatah y de Hamás desde que ambos movimientos acordaran formar un Gobierno de unidad nacional en febrero último -tras el acuerdo de La Meca-, y que ha ocasionado ocho muertos y 17 heridos en las últimas veinticuatro horas.
Según fuentes de Al Fatah, las tensiones son tan fuertes en el Ejecutivo que la coalición entre nacionalistas e islamistas podría saltar en pedazos en los próximos días.
Al Qawasmi, un independiente propuesto por Hamás al formarse el nuevo Gobierno de coalición de Haniye ya había presentado su dimisión el pasado 23 de abril, pero en esa ocasión el primer ministro la rechazó y le confirió mayores poderes para tratar de imponer el orden en los territorios palestinos.
De hecho, ayer mismo había retirado esa dimisión, que presentó ante la falta de colaboración de los responsables de las fuerzas de seguridad para implantar un plan destinado a restablecer la seguridad en Gaza y Cisjordania en cien días.
La semana pasada 3.000 efectivos del aparato de seguridad del Gobierno se desplegaron en las calles de la ciudad de Gaza para acabar con la anarquía sembrada por las distintas milicias de organizaciones políticas y clanes familiares.
Al estar Al Qawasmi al cargo de los 25.000 miembros de las fuerzas de seguridad palestinas, su nombramiento fue el más difícil y llegó tras barajarse muchos otros nombres para esta cartera.
Esta mañana, en la ciudad de Gaza, milicianos de Hamás atacaron la residencia del portavoz de Al Fatah, Maher Meqdad, y mataron a su guardaespaldas antes de incendiar su oficina, así como a un viandante al que alcanzaron los disparos.
Los medios de comunicación de este movimiento islamista aseguran que el ataque contra Meqdad fue una represalia por los disparos de milicianos de Al Fatah contra activistas de Hamás y colegiales que se dirigían esta mañana a la escuela y que no causaron víctimas.
En otro incidente, unos desconocidos atacaron en la ciudad de Gaza con armas automáticas un autobús del Servicio de Seguridad Preventiva, controlado por efectivos de Al Fatah, alineados con el presidente palestino, Mahmud Abás, e hirieron a dos de los pasajeros.
En el norte de la franja de Gaza también se registraron tiroteos entre milicianos del clan familiar Abú Jarad, uno de cuyos miembros -Baha, jefe Al Fatah en la zona- murió ayer en un ataque de los islamistas; de momento, no se informó de víctimas en ese incidente.
Activistas de Hamás acusan a Al Fatah y a Abás, presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), de haber violado la tregua pues sus milicianos no han abandonado las calles de Gaza como pactaron.