El PAM advierte de la falta de alimentos en el noroeste de Pakistán

Save the Children subraya la necesidad de reunificar a las familias ya que hay muchos niños separados de sus padres

ISLAMABAD, 4 (Reuters/EP)

El Programa Mundial de Alimentos (PAM) ha advertido este miércoles de que la zonas afectadas por las inundaciones que se han producido en Pakistán, las peores registradas desde hace 80 años, se enfrentan a una escasez de alimentos que puede poner en peligro numerosas vidas.

Amjad Jameel, portavoz del PAM, declaró a la agencia Reuters en una entrevista telefónica que el personal de esta organización está tratando de llegar con urgencia a las áreas inundadas del noroeste donde el suministro de alimentos ha quedado interrumpido. “Hemos enviado una petición al Gobierno y vamos a recibir seis helicópteros desde los que lanzaremos suministros a las zonas que están incomunicadas”, dijo.

“Las inundaciones, durante cinco o seis días, han causado estragos. La gente ha perdido sus reservas de comida, los mercados no funcionan, las tiendas se han derrumbado. En definitiva, la gente tiene una enorme necesidad de comida”, explicó.

La catástrofe, que comenzó hace casi una semana y se ha cobrado más de 1.400 vidas, probablemente se agudice ya que se han pronosticado más precipitaciones. Además, podría producirse una crisis sanitaria si hay un brote de enfermedades que se transmiten por el agua, como el cólera.

ENFERMEDADES

Según el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), las inundaciones “tendrán graves efectos en una población que ya estaba en una situación de vulnerabilidad”. Debido a que gran parte de la infraestructura sanitaria de los lugares más perjudicadas ha quedado destruida, “ahora una de nuestras prioridades es hacer todo lo que está a nuestro alcance para evitar la propagación de enfermedades que se transmiten por el agua”, señaló Bernadette Gleeson, delegada de salud del CICR en Islamabad.

“Intentamos volver a poner en funcionamiento los sistemas de distribución de agua y entregamos jabón y lavabos con la esperanza de evitar muchos de los problemas sanitarios que podrían surgir si un gran número de personas tuviera que utilizar fuentes de agua contaminadas”, agregó en un comunicado.

Con este fin, se han desplegado equipos multidisciplinarios, que cuentan con personal sanitario, ingenieros especializados en abastecimiento de agua y expertos en seguridad económica, en las partes más afectadas de Jyber Pajtunjwa (la antigua Provincia de la Frontera del Noroeste), las Zonas Tribales de Administración Federal y Punjab.

Voluntarios de la Media Luna Roja de Pakistán continúan distribuyendo alimentos, agua y artículos para el aseo personal, y el CICR está prestando apoyo a ocho unidades de atención médica básica y a dos unidades móviles con las que la Media Luna Roja responde a las necesidades médicas de muchos de los desplazados de las zonas damnificadas.

Por precaución y para utilizar en caso de que se produzca un brote de cólera, el CICR ya cuenta con carpas, camas, instalaciones de atención médica y medicamentos suficientes para atender hasta a 600 personas.

Por otro lado, se ha entregado material de socorro para unas 14.000 víctimas de las inundaciones a la filial en Quetta de la Media Luna Roja de Pakistán, que será distribuido en Baluchistán. Además, continúa la entrega de alimentos para unos 10.000 damnificados en el sur de las Zonas Tribales de Administración Federal. Para este lunes está prevista la distribución de alimentos para 19.000 personas en Nowshera y Charsadda.

NIÑOS SEPARADOS DE SUS FAMILIAS

Ante la catástrofe, uno de los grupos de población más afectados es el de los niños, según la organización Save the Children, que tiene constancia de 75 casos de menores que se han visto separados de sus familiares a causa de las inundaciones, 16 casos en que han perdido a uno o los dos progenitores y seis casos de desaparecidos, de acuerdo con las conclusiones de un estudio que ha realizado durante los dos últimos día en más de 80 comunidades del valle del Swat.

Lucía Losoviz, responsable de Programas Internacionales de Save the Children, indicó en un comunicado que “aunque los niños y niñas identificados están a cargo de parientes o de familias que los han acogido, la cifra señala claramente la necesidad de trabajar con el gobierno provincial y con las comunidades para reunificar a las familias”.

En las comunidades afectadas, muchos padres han enviado a sus hijos e hijas a lugares más seguros, con familiares o amigos, mientras que ellos se quedan cuidando de sus posesiones e intentando reconstruir sus casas, según la ONG. En un 94 por ciento de las zonas arrasadas por las inundaciones no hay lugares seguros donde los menores puedan jugar y estar protegidos.

“Los padres hacen lo que pueden para proteger a sus hijos. El equipo de Save the Children está observando que muchos niños y niñas están sufriendo trastornos emocionales”, informó Losoviz, que considera que “estos niños necesitan un contexto seguro y bien estructurado donde puedan jugar, recibir el apoyo necesario y comenzar su recuperación”.

Save the Children ha determinado que más de la mitad de los hogares afectados no tiene reservas de alimentos, el 50 por ciento de las comunidades no tienen acceso a servicios médicos, el 45 por ciento está biebiendo agua contaminada de los ríos, lagos y estanques y el 42 por ciento no dispone de contenedores para almacenar agua.

“La situación de los niños, niñas y sus familias es grave. La falta de alimentos pone a los niños en riesgo de sufrir desnutrición. Para los bebés y niños más pequeños, enfermedades como la diarrea pueden resultar mortales”, adviritó Losoviz.

“Los padres nos cuentan que no tienen otra opción que la de darles a sus hijos agua contaminada de los ríos y los lagos. No hay más agua disponible. Y aunque tuvieran acceso a agua potable no tienen dónde almacenarla”, agregó.

A pesar de las dificultades de acceso, Save the Children ha distribuido kits de refugio a 237 familias en la zona de Fatchpur, en Swat. La responsable de Programas Internacionales de la ONG señaló que “aunque hayan perdido sus casas y todo esté destruido, la mayoría de las familias ha preferido quedarse cerca de sus hogares en lugar de ir a un campamento de desplazados”.

“La carretera que llega a nuestra sede ha resultado arrasada por las inundaciones. Muchas familias han caminado más de 30 kilómetros por caminos poco seguros para recibir los kits”, aseguró.

Los equipos médicos de Save the Children en las zonas de Barikot, Qamber, Rang Mohalla, Sher Palam y Talang atendieron a más de 1.200 personas este martes, entre ellas 258 niños y niñas menores de cinco años con diarrea, dificultades e infecciones respiratorias, dolencias de estómago, erupciones en la piel y malaria.

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