''El pueblo español está a favor de la causa saharaui''

“Yo soy sólo una persona, pero en el Sahara hay todo un pueblo que sufre”, asegura Aminatou Haidar en una entrevista concedida a ACN Press. Tras la huelga de hambre de 32 días que protagonizó en el aeropuerto de Lanzarote hace más de un mes, la vida de la activista saharaui de Derechos Humanos transcurre ahora en El Aaiún casi sin salir de casa. “Prácticamente estoy bajo arresto domiciliario, decenas de policías rodean mi vivienda y acosan a quienes quieren ir a visitarme”, explica.

“He salido tres veces de casa, una para ir a los baños y las otras dos a las viviendas de Ghalia El Djimi y Hamed Hmad, pero siempre me están persiguiendo”, añade. “Para entrar en mi domicilio, igual. Sólo se lo permiten a mis familiares que se llaman Haidar, pero a veces a ellos también les dicen que no, alegando que es por culpa de ese apellido que ellos pasan allí las 24 horas del día”.

Su recuperación es lenta, aún está muy delgada y tiene frecuentes dolores de estómago, pero ya come casi de todo, salvo carne y leche, camina otra vez sin marearse y transmite la misma firmeza de siempre en su discurso. “Marruecos quiere vender la imagen de que ha cambiado, de que respeta los Derechos Humanos, pero de momento no es así. La represión y la violencia continúan, el Gobierno marroquí ha retirado la documentación a una decena de activistas para que no puedan salir de los territorios y mantiene a medio centenar de presos en las cárceles, entre ellos los siete que están siendo maltratados y en unas condiciones muy duras en la prisión de Salé, que se enfrentan a una posible pena de muerte”, asegura.

Sin embargo, de cara al futuro inmediato, Haidar prevé un cambio en la estrategia marroquí para ofrecer esta buena imagen ante el mundo. “Siempre lo han hecho cuando están sometidos a presiones y más ahora que se va a celebrar una cumbre en Granada para negociar su estatuto avanzado en la Unión Europea. De hecho, ya está ocurriendo, porque Europa le está mandando mensajes muy claros. Marruecos está negociando con los líderes saharauis y funcionarios del régimen vienen a nuestras casas para ofrecernos empleos. Pero ahora tienen que poner sobre la mesa medidas concretas y tendrán que liberar a los presos políticos, creo que eso va a ocurrir”.

Las secuelas de su huelga de hambre no son sólo físicas. “La causa saharaui es ahora más conocida y en todo el mundo se sabe que las violaciones a los Derechos Humanos continúan. Yo estoy ahora en un proceso de recuperación de mi salud, pero los activistas vamos a seguir adelante, siempre en el camino de la resistencia pacífica”, añade. “Esta batalla ha dejado claro que Marruecos reprime las voces libres que están a favor de la independencia. Pero también ha servido para que la sociedad española haya transmitido un mensaje claro a su gobierno y es que el pueblo está a favor de la causa saharaui. Esto es muy importante y ha dejado asustado al Gobierno español”.

Aún recuerda los momentos vividos en el aeropuerto de Lanzarote. “Lo más duro era cuando hablaba con mi hijo pequeño. Como madre, me hacía daño escucharle llorar y pedirme que no me muriera, pero cuando colgaba el teléfono siempre pensaba que no podía abandonar, que yo tenía mi dignidad”. Sin embargo, los últimos días, justo antes de su ingreso en el hospital de Lanzarote, fueron los peores. “Estuve tres días vomitando sangre y dos noches enteras sentada sin poder dormir, con náuseas, dolores y calambres en las piernas”.

Durante aquellos días, hubo quienes dudaron de que estuviera realmente haciendo ayuno, comentarios que llegaron a los oídos de Haidar. “No le dí importancia. Me lo contó Edi Escobar, que me acompañaba las 24 horas, entre lágrimas. Entonces yo le pregunté que cuál era su opinión y ella me respondió que estaba totalmente segura de que no estaba comiendo nada. Entonces le dije que a mí lo que me importaba era lo que pensaran las personas nobles y no esos rumores, esas declaraciones promarroquíes que sólo querían provocarme y hacerme daño psicológico. En todo caso, Marruecos sí sabía que estaba en huelga de hambre, porque fue algo que ya hice en 2005 sola en una celda, y los análisis que me hicieron en el hospital de Lanzarote también lo confirmaron”.

Haidar se someterá este miércoles a un chequeo médico en Madrid. Le preocupa no sólo el estado de su estómago y la evolución de su hernia de hiato, sino también conocer si otros órganos como los riñones o el hígado pueden haber sufrido daños. “Es posible que sí, una huelga de hambre no es ninguna tontería”, revela.

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