Salé: “Sacrificaré todo lo que quiero por el bien de este gran pueblo”
SANÁ, 1 (Reuters/EP)
El presidente de Yemen, Alí Abdulá Salé, ha afirmado este viernes durante una concentración en su apoyo en Saná que lo sacrificará todo por su país, sugiriendo así que de momento no pretende dimitir.
Decenas de miles de manifestantes, entre partidarios y detractores de Salé, han salido este viernes a las calles de la capital mientras los negociadores de ambas partes siguen intentando reavivar las negociaciones sobre el futuro del presidente.
“Os juro que sacrificaré mi sangre, mi alma y todo lo que quiero por el bien de este gran pueblo”, ha asegurado a sus simpatizantes, que gritaban “¡La gente quiere a Alí Abdulá Salé!”.
Ya había una gran cantidad de personas participando en manifestaciones en Saná incluso antes de la oración del mediodía, un momento crucial para atraer a la gente a las calles en las protestas que se han llevado a cabo en varios países del norte de África y Oriente Próximo. Mientras, varios helicópteros sobrevolaban la ciudad para vigilar las distintas concentraciones.
“Fuera, traidor, el pueblo yemení ha iniciado una revuelta. Nosotros, el Ejército y la Policía estamos unidos bajo la opresión”, coreaban los manifestantes contrarios a Salé junto a la Universidad de Saná, donde se habían congregado decenas de miles de personas.
Un clérigo dijo durante la oración de la mañana: “Le digo, Salé, que mientras está sentado en su palacio, aterrorizado, la gente ha entendido sus ardides (...). Vosotros (los manifestantes) representáis a los oprimidos, a los pobres y a los encarcelados”.
TENSIÓN
En la capital hay un ambiente tenso porque también hay un grupo muy numeroso expresando su respaldo al presidente en la plaza de Sabyeen. Los detractores de Salé han llamado a este día el 'viernes del basta ya', mientras que sus simpatizantes lo han bautizado como el 'viernes de la hermandad'.
Cientos de miembros de las fuerzas de seguridad han sido desplegados en puestos de control en toda la ciudad y varios carros de combate circulaban por las calles.
En una de las concentraciones en apoyo del jefe de Estado, el ex primer ministro Alí Mohamed Megawar ha declarado: “Nosotros, que somos la mayoría de los yemeníes, enviamos un mensaje a ellos (a la oposición) y al mundo entero (...) sobre nuestro respaldo a la nación y a nuestro líder, el presidente Alí Abdulá Salé”.
PAGAN A LOS MANIFESTANTES
Un responsable gubernamental que ayudó a organizar la manifestación ha dicho a la agencia Reuters que el partido gobernante prevé que lleguen a Saná decenas de miles de simpatizantes. Varios testigos han visto decenas de coches y autobuses dirigiéndose a la capital llenos de personas con banderas yemeníes y fotografías de Salé.
Algunos habitantes de Saná han revelado que les han pagado el equivalente a 250 dólares para que se unan a las manifestaciones a favor del presidente. Otras personas que no viven en la capital han dicho haber recibido entre 300 y 350 dólares.
Estas concentraciones podrían derivar fácilmente en incidentes violentos ya que la mitad de la población yemení posee armas de fuego. Hasta ahora han muerto unas 82 personas, 52 de ellas por disparos efectuados por francotiradores el pasado 18 de marzo.
PERIODISTA SECUESTRADO
Poro otro lado, se ha sabido que Abdul Ghani al Shameri, un conocido periodista que ha dirigido varios canales de televisión --también el estatal-- y que recientemente abandonó el partido gobernante, fue secuestrado en su casa de Saná la medianoche de este jueves por varias personas a las que su familia describió como policías de paisano.
Salé pretende seguir como presidente hasta que se organicen, a finales de este año, las próximas elecciones presidenciales y legislativas, según ha explicado a la agencia Reuters una fuente de la oposición.
Las conversaciones sobre su posible dimisión se han estancado y aún no se sabe cómo se pueden reanudar. Los manifestantes que están acampados junto a la Universidad de Saná desde principios del pasado febrero insisten en que el jefe de Estado, que ha anunciado que no optará a la reelección cuando finalice su mandato, en 2013, debe dimitir ya.
Salé ha advertido de que si deja el cargo sin asegurarse de que el poder acaba en “manos seguras”, podría producirse una guerra civil. Pero los partidos de la oposición han afirmado que pueden combatir a los milicianos que actúan en el país mejor que el actual presidente, quien, según ellos, ha llegado a acuerdos con los insurgentes.