El dióxido de azufre liberado por el volcán tendrá una repercusión muy reducida sobre la calidad del aire, según el observatorio Copernicus
El dióxido de azufre (SO2) liberado por la erupción del volcán Cumbre Vieja en la Isla de La Palma tendrá repercusiones muy reducidas sobre las condiciones meteorológicas y la calidad del aire en la superficie, según los expertos del sistema de observación terrestre europeo Copernicus, ya que la mayoría del SO2 emitido se encuentra en capas muy superiores de la atmósfera.
El Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS) detectó por primera vez SO2 procedente de la erupción el pasado lunes 20 de septiembre mediante observaciones satelitales.
“Prevemos un penacho con una altura aproximada de 5 kilómetros, que no puede apreciarse en la previsión de la columna total de SO2, pero resulta claramente visible en las previsiones de SO2 a diferentes altitudes. Las repercusiones que el SO2 liberado por el volcán Cumbre Vieja tendrá sobre las condiciones meteorológicas y la calidad del aire en la superficie serán con toda probabilidad muy reducidas”, ha comentado científico sénior en el Servicio de Vigilancia Atmosférica Copernicus del CEPMPM, Mark Parrington.
Este investigador añade que “la mayoría del SO2 emitido se encuentra en capas muy superiores de la atmósfera, especialmente conforme nos vamos alejando de la fuente, y cabe que solo pueda apreciarse en forma de ligera neblina en el cielo”.
Copernicus es un sistema de observación terrestre y teledetección ambiental desde el espacio que forma del Programa Espacial de la Unión Europea.
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