Espacio de opinión de La Palma Ahora
La palabra, el noble fin de la comunicación
Esta mañana escuché, no sé si noticia o comentario, “el Parlamento regional (canario) prohibirá los insultos en la Cámara”. No acierto a identificar si fue estupor o tristeza lo que me produjo lo escuchado. A mis setenta años, aún sigo teniendo el ilusionado convencimiento de que la palabra, es el más preciado vehículo de entendimiento que posee el ser humano. El Parlamento es, en sí mismo, el templo de la palabra. La palabra expresa pensamientos, sentimientos y, en el Parlamento, es la herramienta para la argumentación, la reflexión, para la búsqueda de confluencias. El insulto o la descalificación personal dejan al descubierto la falta de argumento, la pobreza intelectual.
Las palabras lanzadas como dardos para herir, afianzar mentiras o descalificar, repetidas con vehemencia y altivez con el objetivo de que se afiancen como verdad, desgraciadamente se escuchan cada día en boca de la llamada “clase política”. La noble y necesaria actividad política (para el buen gobierno de los pueblos) se ha convertido en un problema.
Reclamo para la palabra el noble fin de la comunicación entre las persona. Palabras para el entendimiento. Palabras que reduzcan distancias. Palabras que no confundan.
Reclamo el silencio para que las palabras puedan ser escuchadas (escuchar es prestar atención a lo que se oye). ¡¡¡En esta España nuestra cuanta necesidad de escuchar!!!
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