“El primer trabajo no es el soñado y hay que sufrir mucho”
Tiene las cosas claras y mucho sentido del sacrificio. El joven Pablo Monsalve, de 18 años, alumno del IES Luis Cobiella de Santa Cruz de La Palma hasta el pasado curso, ha obtenido el Premio Extraordinario de Bachillerato de la provincia de Santa Cruz de Tenerife en el ejercicio académico 2013/2014 y acaba de iniciar los estudios de Medicina en la Universidad de La Laguna, donde, por cierto, “todavía no me han hecho ninguna novatada, aunque supongo que vendrán”. “El premio es una gran ilusión; cuando me enteré que se iba a convocar estaba estudiando para la PAU y tenía ganas de hacer algo más, por eso me presenté; ganarlo ha sido genial, me he alegrado mucho y me ha dado ganas para seguir esforzándome en la carrera”, ha señalado a LA PALMA AHORA.
Pablo es hijo de médicos, pero no ha elegido la carrera por tradición familiar. “Es lo que me gusta, me planté también ser ingeniero pero al final me acabó gustando más la medicina. Cuando llegue a clase en la universidad y el profesor comenzó a explicar y a dibujar esquemas anatómicos, me di cuenta que la medicina era una vocación, que no me sentiría mejor estudiando otra carrera”, asegura. Aún no ha decidido si cursará alguna especialidad. “Para eso todavía faltan varios años, pero yo he pensado que podría ser cirujano, aunque no me he parado a pensar qué clase de cirugía quiero hacer; tampoco descarto otras especialidades”, precisa.
No cree que sea un alumno ‘empollón’. “No considero a nadie ‘empollón’ porque eso es más bien una actitud, uno puede ser un ‘empollón’ un mes, el de los exámenes, por ejemplo, y al mes siguiente no serlo; hay gente a la que llaman ‘empollona’ y a la que realmente no le lleva mucho tiempo estudiar, no es mi caso, yo necesito echarle horas”, reconoce. “Cuando hice la solicitud para optar al Premio Extraordinario de Bachillerato, no llegué con la idea de ‘bueno, vamos a hacer eso, por hacer algo’, sino porque tenía ganas de sacármelo”, subraya.
Preguntado por el nivel educativo del IES Luis Cobiella, un centro docente que cuenta con un alto porcentaje de estudiantes que han sido premiados por su brillante expediente académico, Pablo indica que “todos los profesores llegan a clase con la idea de que tienen que enseñar bien y formar a personas capaces de ir a la universidad, de desarrollarse profesionalmente, o de ser capaces de llegar a un módulo y después trabajar correctamente; no se trata tanto de crear grandes alumnos sino buenas personas, buenos profesionales en un futuro”.
Pablo es un joven al que no le preocupa demasiado su futuro laboral. “Como siempre habrá gente que se enferme, los médicos tienen un amplio abanico de salidas, y si no eres médico en un hospital puedes serlo en una tripulación de barcos, o meterte en el ejército y ser médico de tropa; siempre hay salidas para la medicina”, sostiene. “En otras carreras, incluso a veces en medicina, puede que los jóvenes estén encontrando pocas salidas, sobre todo en titulaciones como Derecho, que últimamente se ha estancado un poco, pero eso puede ser algo transitorio”, pronostica.
Este estudiante de Medicina es consciente de que lograr un puesto de trabajo no es una tarea fácil, y menos en los tiempos que corren. “Cuando uno termina la universidad, no entra de golpe en una empresa, a no ser que tangas mucha suerte; hay que buscar un trabajo, y normalmente ese primer empleo no es el soñado, es un trabajo en el que hay que sufrir mucho, trabajar más de lo normal, hasta que adquieres una experiencia y puedes presentar un currículum”, dice. “Creo que con los años de crisis que llevamos y las incertidumbres que hay sobre el mundo laboral, la mayoría de los chicos de mi edad ya sabe un poco con lo que nos vamos a encontrar; conseguir un trabajo al día siguiente de salir graduado de la universidad no es lo normal, pero, aunque pueda ser difícil, no es imposible”.
La actitud de Pablo ante el mercado laboral es proactiva. “Hay que buscar el trabajo, porque el trabajo no siempre te va a buscar a ti, y no rendirse; estudiar lo que quieres es algo que debe tenerse claro, porque no puedes estar trabajando en algo que te resulte incómodo todos los días”, apunta. “Una vez termines de estudiar, debes buscar el modo de salir adelante, que puede ser inesperado, porque hay personas que estudian una carrera determinada y no se imaginaban acabar haciendo un trabajo que tiene poco que ver con su formación, por ejemplo, estudiantes de Química que han acabado desarrollando su profesión en cosmética”.