Las Canteras crece casi un metro al año pero sin correr peligro

La Playa de Las Canteras crece 0,8 metros al año, pero no corre peligro y el crecimiento del nivel del mar previsto por el cambio climático puede hacer necesaria la acumulación de arena, pero se estudia su vaciado porque la ciudadanía está preocupada por el exceso de arena.

Se trata de una de las conclusiones expuestas en la Comisión Temática celebrada este miércoles sobre la colmatación de arena en la playa debido a los edificios, que corta su trasvase natural hasta Las Alcaravaneras, en la que han intervenido miembros del Gobierno estatal y municipal y los catedráticos autores del estudio sobre la dinámica de Las Canteras encargado por la Demarcación de Costas.

El catedrático cántabro Raúl Medina expuso que la playa crece, entre Playa Chica y La Puntilla, unos 80 centímetros al año pero la arena no se acumula en los fondos marinos, algo con lo que los representantes de los foros ciudadanos no están de acuerdo porque aseguran que hay partes por las que se puede ir caminando a la barra, lo que antes no era posible.

La acumulación anual, prosiguió el catedrático, es de 2.600 metros cúbicos anuales, lo que supone que la playa ha crecido unos 16 metros en 20 años, si bien el ritmo decrecerá porque a medida que se acumula arena, ésta se tiene que extender más hacia la zona del Auditorio, donde ahora escasea.

En cualquier caso, la playa no puede crecer ilimitadamente, pues las olas impedirán que se acerque a menos de 120 metros de la barra.

La arena es en un 50 por ciento de procedencia biológica debido al confite que se genera en la parte externa de La Puntilla, y el resto es de la erosión del Confital, de los acantilados del sur y del Barranco de la ballena.

Además, el oleaje erosiona el exterior de la barra y deposita 175 metros cúbicos de sus restos en la orilla.

Con todo, el catedrático aseguró que la playa no está en peligro y con la subida del mar que se espera por el cambio climático puede hacer falta para que la playa no se ahogue y conseguir arena no será fácil, advirtió el subdirector general para la Sostenibilidad de la Costa de Ministerio de Medio Ambiente, Miguel Velasco.

Por eso las alternativas son no hacer nada o sacar arena de la playa, bien para llevarla a otro lugar, bien para adelantarse al proceso natural y trasladarla hacia la Císer, si bien con el tiempo volvería al mismo lugar, algo que acabaría con la actividad de los surferos y supondría una pérdida de dinero, según los foros ciudadanos.

Según los cálculos del estudio, haría falta quitar 30.000 metros cúbicos para que la línea de mar retroceda 10 metros, si bien en la zona donde se depositarían sólo supondría ganar 3,3 metros.

Velasco agregó que su departamento está dispuesto a aceptar cualquier alternativa porque ninguna es negativa, aunque la decisión final es del Ayuntamiento, que tendrá en cuenta la postura de la ciudadanía, aseguró el concejal Néstor Hernández.

Otras actuaciones prevén medidas contra la acumulación de erizos, que crecen debido a la falta de depredadores y a la pesca incontrolada, y tratar de conservar el hábitat natural de los sebadales.

El representante de Ben Magec, Antonio Hernández, criticó a las instituciones porque hasta ahora no han hecho “nada” a pesar de que los sebadales y el litoral son áreas de protección comunitaria y existe normativa y presupuesto para su gestión.

Aseguró que a los erizos hay que matarlos porque son una especie invasora que está desequilibrando el sistema y pidió no volver a hablar del replante artificial de sebadal porque no funciona.

Descartó que la playa no esté en peligro porque la acumulación de arena acabará ahogando los sebadales y el confite y lo que necesita la playa son actuaciones integrales, lo que se suma a que la colmatación de arena hará que desaparezcan rocas y peces, agregó un ciudadano.

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