Dentro de la crisis del CN Metropole, el club grancanario de natación en el que “todo el mundo aprendía a nadar”

Instalaciones del Club Natación Metropole durante los Campeonatos de España. Facebook Club Natación Metropole

Toni Ferrera

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En plena Ciudad Jardín, en el corazón de Las Palmas de Gran Canaria, se levanta uno de los clubes de natación más importantes de toda España, el CN Metropole. Dice su presidente actual, Alberto Santana, que el recinto cuenta con la mayor capacidad de lámina de agua en piscina del país, y que, durante muchos años, quien quería aprender a nadar en la capital grancanaria lo hacía ahí dentro. El problema es que esa realidad ha cambiado. Y el club se enfrenta ahora a una crisis financiera sin precedentes y con la junta directiva más discutida que nunca.

Todo el mundo sabe que la entidad viene registrando números rojos desde hace años. Y todos los socios, el principal sostén económico de la sociedad, que representan en torno al 75% de los ingresos, están de acuerdo en arrimar el hombro para salvarlo (el fantasma del concurso de acreedores sobrevuela las instalaciones), pero no con cualquiera al frente. La primera moción de censura en la historia del club se ha aprobado esta semana. Los representantes de la Plataformaactivametropole ya no confían en Santana como el hombre para sacarles del pozo.

Este, por su parte, se escuda en los números con los que asumió la dirección a finales del año pasado. En 2013, había 5.153 socios; en 2021, 3.402. En 2012, el importe adeudado por préstamos con entidades financieras ascendía a los 1,87 millones de euros. En 2021, ese valor alcanza los 2,8 millones. El fondo de maniobra, que mide la liquidez operativa de una empresa, en 2018 era de -145.269 euros y en 2021 ya es de 1,12 millones de euros. En siete de los últimos diez años el club ha terminado con más gastos que ingresos.

“Desde 1998 hemos perdido cerca de 4.000 socios. Este mes de marzo, por ejemplo, casi se ha cuadriplicado la factura de la luz. Es un club que necesita mucho mantenimiento y es evidente que la estructura se ha ido debilitando. Al ser una sociedad sin ánimo de lucro, mediante derrama y crédito se ha ido solventando. Pero esta entidad es un reflejo de la realidad. Situaciones como la pandemia, la crisis energética, la guerra en Ucrania… Todo eso afecta”, resume Santana.

El CN Metropole, ahogado por las deudas, inició un periodo de consultas el 9 de agosto para aprobar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que se terminó ejecutando a mitades de septiembre. 18 empleados fueron despedidos de un total de 55. El equipo de waterpolo perdió a todos sus entrenadores y más de 100 deportistas federados se han quedado sin instalaciones para practicar este deporte, en una de las decisiones más polémicas que se recuerdan y que ha sublevado a mucho de los socios.

“No tiene ninguna lógica a simple vista, porque los estatutos lo que te dicen es que, si tienes que recortar, hacerlo en todo lo que no sea natación”, apunta Mecho, miembro durante décadas de la entidad y ahora también de la Plataformaactivametropole. “Ellos se basan en que el waterpolo es una sección deficitaria. Pero es que lo son todas las secciones. Y el sentido del club, en el fondo, es la promoción del waterpolo, de la natación, de la natación artística…”.

Según un informe económico-contable del CN Metropole, elaborado por el economista Jordi Blanch Ocaña, existen cinco secciones deficitarias en el club: natación, con un resultado de -162.606,96 euros en 2021, waterpolo (-138.613,31), natación sincronizada (-106.179,53), saltos (-76.630,43) y triatlón (-42.625). “La entidad debe realizar un análisis relativo a las áreas deficitarias, y determinar si la continuidad de las mismas es posible y, en su caso, de qué modo revertir la situación”, reza el estudio.

Este, en resumen, es uno de los puntos más controvertidos. A pesar de los números rojos durante años, los deportistas federados en natación han aumentado en un 39% entre 2018 y 2021, los de saltos en más de un 100%, los de senderismo en un 277% y los de waterpolo en un 71%. El pasado curso, el club contrató al entrenador francés Fred Vergnoux, preparador hasta entonces de la campeona olímpica Mireia Belmonte. El objetivo principal de la entidad es la promoción de la natación y el deporte. Lo dicen los estatutos. Pero algunos se preguntan a qué precio.

“Los estatutos no dicen promover el deporte de élite. Los estatutos lo que dicen es promover el deporte de la natación, lo que quiere decir escuela, colegio, equipo, competición… Muchas cosas. El CN Metropole no ha sido grande porque haya llegado Vergnoux. Está entre los clubes de España que más olímpicos ha tenido”, razona Mecho. “En una situación económica, en la que llevamos tiempo sin un gerente, por ejemplo, no es comprensible jugar en la Champions League de los entrenadores”.

Alberto Santana, el presidente, responde: “Entendimos que dada la relación contractual de Vergnoux con la Federación, era el momento. Igual dentro de dos años o tres, quizá no habríamos tenido acceso a él. Y dijimos: vamos a apostar. ¿Inversión o gasto? ¿Puede entenderse como despilfarro? Es complicado. Tuvimos mucha repercusión gracias él, desde Japón hasta Estados Unidos. Ese intangible, ¿cómo lo valoras?”.

Junto con la pérdida de socios y la posible “dejación” de otras juntas directivas, dice Santana, ese “intangible” es una de las variables que habría llevado al club a la situación en la que está. De ahí que se haya pedido a los socios una derrama de 420 euros por cabeza y una subida de las cuotas de mínimo 75 euros que se incrementaría según el número de hijos asociados. Esta propuesta, presentada en verano, no contó con el respaldo de la masa social del CN Metropole. Muchos de ellos han perdido la confianza en la junta directiva actual para reflotar el barco, la misma que salió ganadora a finales de 2021 solo por once votos.

“Ha habido ciertas decisiones de este grupo, que es continuista con el que había en la anterior legislatura, que no entendemos”, comenta Mecho. “Por ejemplo, del anterior plan de viabilidad, aprobado en 2018, hay ciertas cosas que no se han ejecutado como se ha habían planteado, como las obras de los vestuarios o el plan de jubilación. Hay una serie de medidas previas a esta junta que, desde mi punto de vista, es una mochila de peso. Y tiene que haber más transparencia, más información, y de esto se ha carecido en estos últimos meses”.

Sea como fuere, ambas partes del club, tanto la junta como los socios que piden un cambio en el modelo, ven la luz al final del túnel. “Es verdad que estamos en una situación muy delicada, pero no abocados a la ruina. Eso no puede pasar nunca”, concluye Mecho. En las últimas semanas, ha habido continuas reuniones para tratar de desencallar las relaciones. La moción se hará, eso seguro. Pero está por ver quién lidera la recuperación de uno de los clubes de natación más prestigiosos de España. “Yo soy optimista. Y creo que vamos a llegar a un acuerdo”, remacha Santana.

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