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Los cielos de Canarias captan el espectáculo de colores de las auroras boreales

La tormenta solar de este viernes ha dejado insólitas imágenes de Aurora boleares en Canarias a una latitud de 28. EFE/ Miguel Calero

Canarias Ahora

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Los cielos de Canarias también han captado las auroras boreales que se están observando a latitudes muy bajas del hemisferio norte. La Agencia Estatal de Meteorología señala que hay numerosas fotografías que confirman que las auroras polares se han podido divisar en distintas partes de España.

La Aemet recuerda que una aurora polar es un “electrometeoro consistente en un fenómeno luminoso que aparece en las capas superiores de la atmósfera en forma de arcos, bandas, cortinas, etc”. Por lo tanto, al contrario que los fenómenos meteorológicos habituales, se forman mucho más arriba de la troposfera, normalmente a una altitud de entre 90 y 150 kilómetros.

Las auroras aparecen por la interacción entre el viento solar y el campo magnético de la Tierra. El viento solar es más fuerte en momentos cercanos a la máxima actividad solar, que se produce en ciclos de entre 10 y 12 años. Actualmente, explica que estamos cerca del máximo de actividad solar y las manchas solares indican las zonas de actividad magnética solar asociada con erupciones solares atmosféricas y eyecciones de masa coronal.

Así mismo, explica que las auroras polares se deben a la presencia de partículas cargadas eléctricamente y eyectadas desde el sol (el viento solar), que actúan sobre los gases enrarecidos de las capas superiores de la atmósfera.

El campo magnético de la Tierra canaliza las partículas, principalmente electrones y protones, que colisionan con los átomos y moléculas de los gases de las capas superiores de la atmósfera (termosfera y exosfera). Esas colisiones provocan que los electrones de los átomos de nitrógeno y de oxígeno asciendan temporalmente a un estado energético superior, “excitado”.

La Aemet incide en su hilo en la red social X en que al recuperarse los niveles de energía normales, se libera energía que se emite en forma de fotones de luz con distintas longitudes de onda. Las auroras polares se observan principalmente en arcos próximos a los polos magnéticos (los óvalos aurorales).

Si la actividad solar es muy intensa, como actualmente, las eyecciones de masa coronal o erupciones solares atmosféricas pueden intensificar el viento solar y alcanzar la magnetosfera de la Tierra, desencadenando una tormenta geomagnética.

Durante estos fenómenos, el óvalo auroral se ensancha temporalmente, lo que permite percibir auroras desde latitudes más bajas. Y eso, explica la Aemet, es lo que está ocurriendo esta noche: las tormentas geomagnéticas severas de las últimas horas permiten observar auroras boreales (así se llaman las auroras polares del hemisferio norte) desde España, algo muy poco habitual.

Distintos portales de meteorología se han hecho eco de fotografías que atestiguan la captación de estas auroras boreales desde los cielos de Canarias. El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, ha señalado que “la naturaleza nos regala momentos como estos. Somos afortunados por poder disfrutar de las auroras boreales en Canarias”.

Miguel Calero, responsable de Astronorte, que ha podido observar estas aurorales boreales desde el norte de la Isla, no recuerda nada igual. En este sentido, ha señalado a La Palma Ahora que de “las cosas que he visto en el cielo, esto ha sido, sin duda, lo más espectacular”. El Sol, explica, ha tenido este viernes “una imponente tormenta solar que ha dejado auroras en la Península Ibérica y también en Canarias”.

La citada tormenta “ha sido bastante fuerte. El campo electromagnético la frena, pero en esta ocasión, lo inusual es que, desde el Polo Norte, haya bajado hasta la latitud 28.46N”. 

Aunque se espera que se pueda ver durante al menos una o dos noches más, el físico solar del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) Héctor Socas señala en declaraciones a EFE que es difícil predecir el comportamiento de estos fenómenos, que son “muy inciertos”, de ahí la necesidad e importancia de seguir investigando para mejorar la capacidad de predicción.

Respecto a las posibles repercusiones negativas de una tormenta solar de estas características, que podría ocasionar problemas en las telecomunicaciones globales, Socas ha apuntado que, en principio, los satélites tienen un “modo seguro” y que aquellos especialmente sensibles, cuando se ve venir la tormenta solar, predecible porque tarda en llegar uno o dos días pese a que viajan a varios millones de kilómetros por segundo, se ponen en ese modo.

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