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Los hospitales canarios liberan plantas y recursos para prepararse ante el pico de coronavirus

Fachada del Hospital Insular de Gran Canaria

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

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Los profesionales llevan tiempo advirtiéndolo: la pandemia de COVID-19 supone una prueba de estrés para la sanidad española. El incremento en el número de contagiados que se está registrando, a diferentes ritmos, en todas las comunidades autónomas, unido a los recursos limitados de un sistema que quedó diezmado como consecuencia de los recortes ejecutados tras el estallido de la crisis económica de 2008, amenazan con saturar los hospitales y comprometer la atención de los pacientes.

Además de los llamamientos públicos a la responsabilidad individual y colectiva para evitar el colapso sanitario y de las medidas de confinamiento que ha decretado el Gobierno español tras la declaración del Estado de Alarma, los esfuerzos se centran en elaborar planes de contingencia en los hospitales y centros de salud para hacer frente a la propagación del coronavirus. Los cuatro grandes complejos hospitalarios de Canarias, los de referencia en las islas capitalinas (Tenerife y Gran Canaria) ya han liberado al menos una planta para reservarlas para pacientes contagiados. En el caso del Hospital de La Candelaria, de momento el que está sufriendo una mayor presión asistencial, han sido tres.

La consejera de Sanidad, Teresa Cruz, informaba este martes en rueda de prensa que su departamento trabaja con la previsión de que el ritmo de crecimiento en el número de positivos sea de veinte personas diarias. Los últimos datos ofrecidos por el Ejecutivo regional elevaban a 148 el número de positivos registrado en las Islas desde el primer caso detectado en la isla de La Gomera, de los que 138 eran activos y 50 estaban hospitalizados, 13 de ellos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). 

También señaló la consejera en esa rueda de prensa que había mantenido contactos con los gestores para valorar unos planes de contingencia que, dijo, ya estaban en marcha. Las soluciones planteadas son similares a las implementadas en otros territorios de España. Este periódico ha tenido acceso a uno de estos documentos de trabajo, el del Complejo Hospitalario Insular-Materno Infantil (CHUIMI) de Gran Canaria, el de referencia para los habitantes de la zona sur de la isla.

Ese plan de contingencia implica la suspensión de todas las intervenciones quirúrgicas excepto las urgentes, las vinculadas a procesos neoplásicos (de tumores) o aquellas que sean necesarias para evitar un grave perjuicio para la salud de los pacientes. Este último tipo de operaciones deberá ser consensuada entre la jefatura de servicio y la coordinación quirúrgica. La medida se extiende a las denominadas intervenciones de cupo, es decir, las realizadas en centros concertados con medios propios del Servicio Canario de Salud (SCS). Cruz ha hablado este martes de un “circuito único” entre la sanidad pública y las clínicas privadas, tal y como establece el paquete de medidas aprobado por el Consejo de Ministros tras la declaración del Estado de Alerta para contener la propagación del virus.

Las actividades programadas, por su parte, se mantendrán para los pacientes oncológicos, tanto en diagnóstico, como en tratamiento y evolución. Sin embargo, se suspenderán los planes especiales de reducción de lista de espera en quirófano, en radiología, pruebas funcionales y consultas externas. Solo continuarán adelante, mientras dure esta emergencia sanitaria, los programas especiales de actividad urgente y propios del plan de contingencia de cobertura de los planes estacionales de gripe.

En cuanto a la hospitalización convencional y la obstetricia (parte de la medicina que se ocupa del embarazo, el parto y el postparto), se mantiene la actividad habitual, con turnos distribuidos a lo largo de la jornada para tratar de evitar, en la medida de lo posible, los contactos entre el personal.

Del mismo modo, las reuniones de servicio y las sesiones clínicas se celebrarán con el mínimo indispensable de profesionales y con las medidas de prevención recomendadas por las autoridades sanitarias, con una distancia prudencial entre sus participantes para evitar posibles contagios. Además, se restringen las visitas a las secretarías de los servicios tanto para los médicos como para los pacientes, familiares y visitadores médicos. Las solicitudes o entregas de documentos solo se podrán realizar por la vía informática o telemática. También se prohíbe la visita de la industria farmacéutica.

En el caso de fisioterapia, según han informado a este periódico fuentes sanitarias, se han suspendido todos los tratamientos ante la carencia de materiales (mascarillas) para poder realizarlos en condiciones de seguridad. Teresa Cruz reconoció este martes los “problemas” con el material de autoprotección contra el virus, pero confiaba en que el pedido realizado pudiera llegar este miércoles. 

En relación con las consultas externas, la dirección médica del CHUIMI ha decidido mantener cierta actividad, la que “no debería ser demorable”, siempre bajo el criterio de los y las especialistas en Medicina y Enfermería. Además, plantea redistribuir y espaciar las citas para que no coincidan, potenciar la telemedicina y hacer un llamamiento a la población para que se abstenga de acudir a las programadas. En cuanto a los centros de atención especializada, el plan de contingencia del complejo estipula que solo se atenderán a los pacientes preferentes.

Unidades de Cuidados Intensivos

La saturación en los hospitales españoles que estos días están soportando una mayor presión asistencial como consecuencia del exponencial incremento del número de contagios de COVID-19 se manifiesta con mayor intensidad en las Unidades de Cuidados Intensivos. Hasta este martes al mediodía, cuando el Ministerio de Sanidad ha ofrecido los últimos datos oficiales, en las UCI de los hospitales canarios estaban ingresados trece pacientes, dos de ellos con pronóstico crítico.

Aunque la situación en estas unidades, según relatan los profesionales sanitarios, aún está controlada, en algunos sectores se teme que el aumento de positivo desborde la capacidad operativa para atender a los pacientes críticos. Este mismo martes trascendía el contenido de un comunicado firmado por profesionales del Hospital Insular que instaba a la gerencia y a la dirección médica a suspender todas aquellas actividades sanitarias no urgentes ni preferentes.

Para Sergio Martínez Cuéllar, presidente de la Sociedad Canaria de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias, Canarias está preparada en estos momentos para atender el pico que se avecina. Y ello a pesar de que el grado de ocupación de las camas públicas de críticos en el hospital en el que trabaja, el Insular de Gran Canaria, ha rondado los últimos meses “el 75 o el 80%”. Los nueve complejos generales del Archipiélago suman alrededor de 140 camas en sus unidades de medicina intensiva. “No tememos una situación de desatención. Es cierto que puede haber entre personal tensión, cierto miedo por las circunstancias, pero llevamos tiempo preparándonos, también a nivel mental, para hacerle frente. Somos los que tenemos que estar aquí”, manifiesta.

Martínez Cuéllar asegura que el contacto con la dirección médica del centro es permanente para valorar los requerimientos. “Ahora mismo hay disponibilidad de camas. Diariamente exponemos la situación, nos adelantamos, es un trabajo en conjunto”. La sociedad que preside lanzó en el año 2017 un duro comunicado en el que denunciaba las carencias de la Unidad de Medicina Intensiva del Insular, incapaz, decía entonces, “de cubrir la demanda hospitalaria”. El especialista explica que este problema y el conflicto se mantuvo en el tiempo hasta que la dirección del complejo decidió abrir un módulo para aliviar la situación. A esta nueva zona se le suma la opción de utilizar ocasionalmente y en momentos de máxima actividad, la denominada Unidad del Despertar. “No podemos prescindir de estas áreas. Cada vez hay más patologías, más operaciones. En verano, en determinados momentos, sí podemos cerrar el módulo, pero en general hay una alta demanda”, relata.

Según el médico intensivista, desde la pasada semana se están habilitando zonas en el hospital para dejar camas disponibles a los pacientes con COVID-19 que puedan llegar en estado grave. Entre las zonas sobre las que se ha previsto liberar camas se encuentra la quirúrgica, ante la suspensión de la actividad no urgente, y otras zonas menos monitorizadas del centro, que quedarán reservadas para aquellos pacientes que han sido dados de alta en la UCI, pero que requieren cuidados intermedios.

Para los críticos se ha habilitado la zona del área quirúrgica, mientras que la Unidad del Despertar estará reservada para pacientes no infectados por coronavirus. El presidente de la sociedad canaria de intensivistas remarca que, además de estos recursos, la sanidad canaria cuenta con la colaboración de las clínicas privadas, a la que pueden ir “pacientes estables, que no necesiten atención crítica”.

Martínez Cuéllar afirma que para los refuerzos de personal, en caso de necesitarlos, se acudirá a los profesionales de las listas de empleo. “De momento, estamos cubriendo con muchas guardias. Por suerte, no hay ningún compañero en casa afectado”, concluye.

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