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Opinión - Junts, el bolsillo y la patria. Por Neus Tomàs

Los presos canarios vuelven a ver a sus familias tras dos meses sin visitas

Acceso principal a la prisión de Tenerife, en el municipio de El Rosario

Efe

Las Palmas de Gran Canaria —

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Cerca de 5.000 presos, entre ellos, los que se encuentran en cárceles canarias, han vuelto a ver por locutorio a sus familias y unos 300 han salido de permiso en la primera semana de desescalada en las regiones en fase 1 y 2, que son las que han podido flexibilizar las restricciones adoptadas en marzo para evitar contagios de coronavirus.

Según informa la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, casi 5.000 presos han podido recibir desde el pasado jueves la visita de sus familias a través de locutorio y con garantías sanitarias, al ser obligatorio el uso de mascarilla y guantes por parte del interno y de los allegados.

La orden, que contempla el regreso de las comunicaciones ordinarias, por locutorio, y la reanudación de los permisos de salida, siempre que se disfruten dentro de la provincia, solo afecta a las prisiones situadas en territorios en fase 1 o 2.

Entre comunicaciones, los locutorios son desinfectados, además de una limpieza más profunda una vez por semana. Por el momento no están autorizadas las visitas de convivencia familiar ni los denominados vis a vis.

A pesar de que se ha reducido a la mitad la capacidad de las dependencias de los locutorios, Prisiones ha ampliado a seis días y a varios turnos de mañana y tarde la apertura de estas instalaciones.

También desde la entrada en vigor de la Orden de Interior emitida el pasado jueves han solicitado disfrutar de permiso alrededor de 300 reclusos.

Instituciones Penitenciarias recuerda que solo se autorizan aquellos permisos que se disfrutan en la provincia en la que se encuentra el centro penitenciario y solo cuando los internos firman un documento de que a su regreso a la cárcel deberán permanecer en observación durante 14 días o el tiempo que determinen los servicios sanitarios.

Hasta la fecha 80 funcionarios -dos de ellos fallecidos- han dado positivo por COVID-19 en las prisiones competencia de la Administración central, es decir, todas excepto las prisiones catalanes. De ellos, 40 han recibido el alta médica definitiva. Otros 285 permanecen en observación médica.

Durante la crisis sanitaria y el cierre de los establecimientos al exterior, la ausencia de comunicaciones se trató de paliar aumentando a 15 el número de llamadas telefónicas a las que tienen derecho los internos, llamadas gratuitas para aquellas personas sin recursos.

Además, se repartieron teléfonos móviles para la realización de videollamadas. En las prisiones se han realizado 54.000 comunicaciones a través de este sistema, que tanto directores como internos han calificado de “éxito”.

Es intención de la Secretaria General recular su uso para que permanezcan como fórmula para las comunicaciones de las personas privadas de libertad.

Por otro lado, el sindicato CSIF ha denunciado a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ante la Inspección de Trabajo por entender que la dotación de las mascarillas es “insuficiente”, coincidiendo con la entrada en vigor de la obligatoriedad del uso de este material de protección.

CSIF advierte de que en las prisiones se entrega a los trabajadores/as una sola mascarilla de tipo quirúrgico para todo el turno, que puede alcanzar las 40 horas de servicio.

Desde Instituciones Penitenciarias aseguran a Efe que desde el inicio de la pandemia se han distribuido 469.500 mascarillas quirúrgicas, 83.120 mascarillas FFP2, 2.000 FFP3, 22.750 batas o monos y 161.000 guantes. 

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