Rechazan el recurso del joven que intimidaba a otro que apareció muerto en un centro de menores
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha rechazado el recurso de un joven que, cuando era menor, amenazó a otro con el que vivía en un centro de menores y que al día siguiente apareció muerto por causas que aún no se han esclarecido. La sentencia recurrida data del 27 de junio de 2008 y declara culpable de un delito continuado de amenazas a Hacomar S. C., al que condena a cinco meses de internamiento en régimen semiabierto y a otro de libertad vigilada.
La presidenta del tribunal Francisca Soriano Vela desestimó la apelación de la sentencia del Juzgado de Menores número 1 de Santa Cruz de Tenerife y confirmó el fallo recurrido. Los hechos juzgados tuvieron lugar en diciembre de 2004, pero la sentencia definitiva no se dictó hasta diciembre de 2008. El condenado, Hacomar S. C. era entonces menor y fue acusado de amenazar continuadamente a Philip G. Z., quien se encontraba cumpliendo una medida cautelar de internamiento de régimen cerrado en el centro de ejecución de medidas judiciales para menores Valle Tabares, en Tenerife. Después de intentar fugarse, la víctima fue trasladada al centro Nivaria, en la misma isla.
Philip fue ingresado en el módulo dos del referido centro, ubicado en el municipio de La Esperanza y dependiente de la Dirección General de Protección del Menor y la Familia de la Consejería de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno de Canarias. Al recibir constantes ofensas y humillaciones que le hacían “la convivencia insoportable”, según la sentencia, pasó a la situación de refugio y fue trasladado a otro módulo ubicado en la planta baja del edificio.
En su nuevo emplazamiento, continuó la situación de acoso por parte del condenado, Hacomar S. C., que entonces tenía 17 años. El fallo de la Audiencia Provincial relata que, “con la intención de menoscabar la seguridad y libertad de Philip, le intimidó --el acusado-- dirigiéndole constantes insultos con expresiones tales como chivato y similares, además de proferir contra él amenazas de muerte”. Hacomar terminó por atemorizar hasta tal punto a Philip, que se encerró en su habitación sin querer salir de la misma.
La tarde noche del 12 de noviembre de 2004, el acusado se colocó delante de la mirilla de la puerta de la habitación de Philip y continuó propinando insultos a voz en grito, llegando a amenazarle con que lo mataría durante el viaje que debían hacer ambos a Las Palmas de Gran Canaria para comparecer ante el Juzgado de Menores de la capital. A la mañana siguiente, el cuerpo sin vida de Philip apareció en su habitación sin que, según la sentencia contra Hacomar, haya podido hasta el momento probarse la relación o influencia que los hechos narrados pudieran haber tenido en su muerte.