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Hasta 50 viseras diarias en impresión 3D para ganar la batalla al coronavirus

Jorge en el espacio donde fabrica las viseras con impresión 3D.

Silvia Álamo

Las Palmas de Gran Canaria —

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Jorge y su hija son capaces de fabricar hasta 50 viseras diarias con el único fin de proteger a los que luchan contra el coronavirus en los centros hospitalarios. Sus cinco impresoras 3D trabajan a destajo las 24 horas del día para que el personal sanitario esté cubierto cuando se enfrenten en primera línea a la batalla que libra el país desde hace unas semanas: el COVID-19. Una crisis sanitaria que tiene al mundo entero en vilo y a la población de muchos países confinada en casa, pero que saca a relucir el lado más humano y solidario de la ciudadanía. Ellos lo tienen claro: “Es una necesidad”.

Desde que se decretó el estado de alarma en el país, y ante la imposibilidad de acudir a su puesto de trabajo, este protésico dental se puso manos a la obra. En su vivienda tiene cinco impresoras 3D, unos instrumentos que se compró hace tiempo “para jugar”, y que en estos momentos se han convertido en el mejor aliado de las personas que necesitan cubrirse ante el virus.

“Las cinco impresoras están imprimiendo viseras constantemente”, asegura. Se están entregando al Hospital Doctor Negrín, al Hospital Insular, a la residencia El Pino, Protección Civil, Policía… Todo lo hace gracias a la ayuda de su hija Victoria, quien le lleva los pedidos y le ayuda a confeccionar y montar las viseras.

Desde hace unas semanas Jorge está presente en un grupo de sanitarios en en la aplicación de mensajería Telegram. A través de este chat conoce las necesidades de estos trabajadores y la forma en la que puede contribuir. “En este grupo se han ido mandando las diferentes viseras que se autorizan en cada autonomía, a partir de ahí las hacemos”, explica. En las suyas ha hecho alguna modificación para que sean más rígidas y más estables a la hora de higienizarlas.

Aunque al colectivo sanitario las dona de manera gratuita, sin percibir ni un solo euro, con el objetivo de subsanar gastos, Jorge pide la módica cantidad de dos euros a “particulares”. De esta manera intenta cubrir los gastos, “vamos compensando una cosa con la otra”, sostiene. El protésico dental recuerda que para hacerlas tiene que comprar todo el material que se usa, la pistola de silicona, el acetato, el hilo…

En estos momentos, y después de haber entregado centenares de viseras, se encuentran en la tesitura de que tienen muy poco material y están buscando la forma de paliar la situación. En tan solo una semana han entregado más de 250 viseras. “Demasiados sanitarios corren peligro, celadores, enfermeras, técnicos… ayer del Negrín nos mandaron que hiciéramos 80”. Jorge señala que hay que tener en cuenta que estas impresoras “no son fotocopiadoras” por lo que tardan entre dos y tres horas en fabricar una visera.

Esta mañana tenía 600 viseras pendientes. Recuerda que él no solo las imprime, también las monta, les pone un fieltro para que no dañe la frente, un elástico, el acetato y las mete en lejía para luego llamar a las personas encargadas de recogerlas para su entrega.

No lo ve como una forma de entretenerse, pues tiene muchas cosas que hacer y en las que distraerse, pero es consciente de que en estos momentos ayudar es muy importante. Le han llegado a llamar de Tenerife, León y hasta Cantabria para que suministren viseras, ya que no encuentran. “Es un poco caos, nosotros no paramos”, sentencia.

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