Espacio de opinión de Tenerife Ahora
Franco siempre vuelve
Como cada 20 de noviembre, la Fundación Francisco Franco ha considerado oportuno enaltecer la figura del dictador y de José Antonio Primo de Rivera a lo largo y ancho de toda España. El pasado lunes se celebraba una misa en su honor en una iglesia de Santa Cruz, y esa misma mañana pudimos apreciar la esquela del generalísimo en varios medios de comunicación canarios.
Este es un buen momento para recordar a aquellos que reniegan de la Ley de Memoria Histórica la falta de empatía que tenemos en este país con las víctimas del franquismo. La capacidad de actuación de la Fundación Francisco Franco, que es capaz de organizar ese tipo de celebraciones en diferentes sitios del territorio español, es solo un ejemplo de una larga lista. Cada 20 de noviembre los familiares de las víctimas y aquellos que sufrieron la represión tienen que soportar que se haga apología de la dictadura a cara descubierta. Pero, ojo, no solo son responsables los miembros de la fundación, sino todas y cada una de las personas que acuden a esos actos.
Porque lo cierto es que en este país ensalzar el franquismo sale gratis, y la Fundación Francisco Franco lo hace con la impunidad que saben que tienen. Poco tardaron en justificarse en su cuenta de Twitter: “Recordamos a la izquierda que la Iglesia no celebra misas en honor, sino en sufragio de un difunto, se reza por su alma, no para ensalzarlo”. El detalle de que Franco murió hace más de 40 años se les pasó. Resulta paradójico cómo en España ensalzar la dictadura sale gratis, pero realizar sátira sobre el Valle de los Caídos te puede llevar a la cárcel.
Es nauseabundo que el partido que gobierna a escala nacional (PP) mantenga lazos, más o menos estrechos, con la Fundación. Sin embargo, resulta más repulsivo que los que se deben dedicar a ejercer de contrapoder actúen como altavoz de asociaciones y fundaciones representativas de épocas pasadas. No podemos exigir al Partido Popular o al Gobierno central que hagan cumplir la Ley de Memoria Histórica, que retire monumentos franquistas o que preste el apoyo necesario a los familiares de las víctimas si luego aceptamos publicidad de ese tipo de fundaciones. Es un ejemplo de cómo algunos medios de comunicación han asumido que lo normal es cambiar los valores éticos de su profesión por el dinero.
En Canarias nos alarmamos cuando aquellos a los que han bautizado como “telepredicadores” salen en televisiones locales soltando insultos y alabando el franquismo, pero no cuando dos de los cinco medios de comunicación más consumidos en Canarias publican la esquela del dictador. Cada 20 de noviembre España vuelve al blanco y negro, demostrando que en este país casposo y conservador, que muchos señalan que desapareció con la transición, aún sigue entre nosotros. Franco siempre vuelve.
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