La movilización social contra el macroproyecto turístico Cuna del Alma, en Tenerife, continúa. Este domingo, más de doscientas personas se manifestaron en Adeje para exigir la paralización de la construcción de 420 villas de lujo en este enclave. ''Este destrozo lo van a pagar'' o ''No van a vender ni una sola villa'' son algunas de las consignas que pudieron escucharse durante la protesta convocada este 16 de noviembre, justo un año después de que se reiniciaran las obras que fueron suspendidas por diferentes irregularidades.
El Gobierno de Canarias ordenó la legislatura pasada suspender los trabajos de manera cautelar por tres motivos: el riesgo de daño inminente sobre la viborina triste, una especie de flora protegida; la falta de evaluación de impacto ambiental; y el riesgo de daño sobre el patrimonio arqueológico. En esta línea, para la construcción de Cuna del Alma se destruyeron varios yacimientos, por lo que la promotora ha sido sancionada.
''Los condicionantes exigidos a la empresa promotora quedaron sin efecto con el cambio de gobierno autonómico (PP-CC), que desde un primer momento dieron un giro de 180° para tratar de ''legalizar'' Cuna del Alma. A día de hoy, los desmontes de los viales del proyecto de urbanización están en avanzado estado de ejecución, y ya se ha comenzado a desbrozar y desmontar la parcela T2 (villas de lujo), justo encima del pueblo del Puertito de Adeje'', advierten desde la plataforma ecologista Salvar El Puertito.
Durante la protesta, el colectivo ha recordado que la campaña de venta de estas villas de lujo ''está teniendo serias dificultades'' por la ''mala reputación que se ha ganado este polémico proyecto'' y que ''parece estar ahuyentando a posibles compradores''.
En el recorrido pudieron observarse múltiples carteles con mensajes en contra del alcalde de Adeje, José Miguel Fraga, el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, y el promotor de Cuna del Alma, Filip Hoste. Desde Salvar el Puertito han advertido de que seguirán ''dando guerra'' para asegurarse que futuros compradores conozcan la inseguridad jurídica del proyecto y opten por no invertir en este lugar. Además, aseguran que confían en la Justicia y esperan que ''más pronto que tarde'' los juzgados paralicen las obras.