“Pido al PP (mi partido) que intervenga para reconducir este asunto. Entre todos hemos conseguido dar un vuelco a la política de Telde y quiero seguir formando parte de este proyecto”, dice Guadalupe López en su comunicado. Y en eso le damos la razón, miren por dónde. Es verdad que el pacto entre los validos y el PP ha cambiado sustancialmente las cosas en esa ciudad, hasta el punto de que cuando termine el mandato no la va a reconocer ni la madre que la parió (la frase no es nuestra, así que perdonen el exabrupto). De entrada, cuando llegue 2007, de seguir este equipo, no va a quedar suelo de titularidad pública, el palacio de la cultura será un teleclub, los funcionarios rebasarán los índices nacionales de absentismo, y los empresarios -muy determinados empresarios- terminarán por dictar el programa de gobierno. Pero no todo iba a ser una lamentación, hay una alegría: Marcelino Galindo no se verá obligado a tragarse el pacto con el PP que tanto ha dicho repudiar. Al menos de momento.