Nueva noche accidentada en la calle Tesoro. En torno a las 5:30 horas de la madrugada del lunes al martes, una persona extranjera sufrió un robo con violencia en el que le arrebataron 300 euros. La víctima fue asaltada por un individuo cuando pasaba cerca del número 28 de la citada vía, donde se encuentra el conocido 'narcopiso' que tiene atemorizado al vecindario. Según indicó, un hombre le agarró del cuello, presionándoselo, hasta que logró que le diera todo el dinero que tenía encima.
Los posteriores gritos de auxilio de la víctima, llamando a la policía, despertaron a los vecinos de la zona, que presenciaron cómo poco después acudieron hasta 15 policías al lugar de los hechos. Esos mismos vecinos indican que los miembros de las fuerzas de seguridad entraron en el portal del número 28 de Tesoro de donde sacaron a dos sospechosos para ver si la víctima identificaba al autor del robo. Efectivamente, señaló a uno de ellos, en cuyos bolsillos se encontraron 220 euros, según testigos presenciales, que cuentan que el sospechoso negó tanto el robo como el haber cogido del cuello a la víctima, mientras que los policías le decían: “Cómo que no le has cogido del cuello si tiene las marcas de los dedos”.
Este nuevo incidente en Tesoro 28 es un hecho tan novedoso como preocupante. Pese a que en torno al conocido como 'narcopiso' llevan meses produciéndose sucesos de todo tipo (palizas, violación, navajazos, peleas, gritos...) hasta el momento, al menos que se supiera, nadie totalmente ajeno al 'trapicheo' que se da en la antigua portería okupada, o ajeno a sus habitantes y usuarios, había sufrido un robo y, menos aún, un robo con violencia o intimidación. Sin embargo, ahora se ha dado un paso más en una situación insostenible, de la que el pasado lunes volvíamos a hacernos eco en este periódico dando el 'parte de guerra' de lo sucedido durante la semana anterior.
Según el código penal, el culpable de robo a personas con violencia o intimidación podría ser castigado con una pena de prisión de entre dos y cinco años, tal y como se recoge en el artículo 237 del código penal y se desarrolla en el artículo 242.1