Ben Magec, contra la ampliación de Gando

La Federación Ben Magec confía en que la Justicia suspenda el Plan Insular de Ordenación de Gran Canaria porque carece de informe de impacto ambiental y, al igual que ha sucedido con la variante de Bañaderos, la ampliación del Aeropuerto y el tren quedarán sin cobertura legal.

Así lo afirmaron este miércoles los ecologistas Antonio Hernández y Alberto Martín, quienes consideran que la pista es, aparte de innecesaria, perjudicial para los planes de sostenibilidad de la isla, cuyo territorio no soportaría la llegada de tantos millones de personas al año.

A ello se suman los problemas de contaminación acústica y la necesidad de urbanizar terrenos rurales, algo que la Justicia no permitirá, advirtió Hernández, quien exclamó que no se puede consumir más suelo agrícola, en este caso para construir un pueblo nuevo para los habitantes de Ojos de Garza y para la variante aeroportuaria, máxime cuando la isla apenas se autoabastece en un 15%.

Alberto Martín subrayó que no hay ningún indicador que recomiende la ampliación aeroportuaria y aseguró que el mayor interés es continuar con la promoción de obra pública por presión de los constructores y, en definitiva, generar un “pelotazo”, aseguró Hernández.

Según las previsiones, prosiguió Martín, en 2008 se iban a contabilizar doce millones de pasajeros y las cifras finales se quedaron en ocho millones.

Con las actuales instalaciones, pequeñas modificaciones y una mejor gestión de los vuelos, se llega a una capacidad de 55 vuelos por hora, lo que supone hasta 24 millones de personas al año, aunque no habría donde “meterlos” y asegura que no tiene sentido triplicar la capacidad del campo de aterrizajes.

El uso de la capacidad prevista haría que la isla tuviera una densidad de población de hecho de 850 habitantes por kilómetro, mientras Japón, uno de los países más poblados del planeta, tiene 325.

Además, la concentración de vuelos de la que se habla se debe a que las compañías presionan para operar en determinadas franjas horarias, por lo que una mejor gestión y distribución de los vuelos aumentaría la capacidad aeroportuaria sin necesidad de realizar obras.

En cuanto a la “huella sonora”, explicó que el pueblo más próximo a la nueva pista de Barajas, en Madrid, se encuentra a 3,3 kilómetros y se planteó su desaparición.

En este caso, Carrizal quedaría a apenas 2,4 kilómetros y Salinetas a 2,6 kilómetros, mientras Agüimes ya ha pedido medidas contra el ruido.

Por otra parte, el Plan General de Telde permite la construcción de viviendas en lugares que se verán afectados por el ruido a pesar de precisar de un informe del Ministerio de Fomento que, al menos los ecologistas, desconocen que exista.

Hernández subrayó, en cuanto a la cobertura legal de la ampliación, que una providencia de la sala de lo contencioso-administrativo subraya que se aprecia que el Plan Insular de Ordenación carece de evaluación de impacto ambiental, lo que comunicó a las partes, por lo que Ben Magec confía en la suspensión del planeamiento.

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