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La MetroGuagua como eje para revolucionar el transporte público de Las Palmas de Gran Canaria

Iago Otero Paz

Las Palmas de Gran Canaria —

La MetroGuagua es uno de los proyectos más ambiciosos de Las Palmas de Gran Canaria. Con un presupuesto de 100 millones de euros, este mismo verano los planos comenzarán a transformarse en realidad ya que las dos primeras fases de las nueve que consta la obra, en la calle Pío XII y en la Avenida Blas Cabrera Felipe, se iniciarán a finales de junio. Desde entonces, comienza la cuenta atrás para que en 2021 la primera de las 17 guaguas recorra los casi 12 kilómetros de línea entre Hoya de La Plata y la plaza Manuel Becerra.

En estos momentos el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria tiene varios frentes abiertos, por un lado conseguir la financiación del proyecto y por otro, la redacción de las siete fases restantes, que espera concluir a finales de este año. En cuanto a la parte económica, el Consistorio tiene comprometidos ocho millones de euros por parte del Cabildo de Gran Canaria y otros 18 por parte del Gobierno de Canarias, aunque esta cifra podría aumentar hasta los 33 millones después de haberse aprobado una iniciativa de Nueva Canarias en el Parlamento de Canarias que consignaba esta cantidad. Queda pendiente la partida que habrá de transferir el Gobierno de España, y en esta tarea juega un papel primordial la negociación del diputado Pedro Quevedo con Cristóbal Montoro ya que el segundo teniente de alcalde de la capital ha registrado una enmienda en la que pide que el Estado financie con 50 millones de euros el proyecto. Si al final las tres instituciones arriman el hombro, en el mejor de los casos Guaguas Municipales tan sólo tendrá que cargar a sus arcas nueve millones de euros. Por si acaso, el Consistorio ha firmado con el Banco Europeo de Inversiones un crédito de 50 millones de euros.

José Eduardo Ramírez es el concejal de Urbanismo y el presidente del Consejo de Administración de Guaguas Municipales y explica que con la MetroGuagua  se plantea a la ciudadanía “una revolución en la manera de moverse”, y para ello la empresa pública promueve y propone cambiar el vehículo privado por un transporte público “rápido, eficaz, puntual, limpio y ágil”. La línea, que podrá transportar a más de 200 pasajeros por vehículo, tiene previstas 21 paradas en puntos estratégicos de la ciudad con una distancia máxima entre ellas de 500 metros. Todas estarán en la parte baja de la capital, donde se concentra el 33% de los usuarios de Guaguas Municipales y las principales líneas. En total, en unos 30 o 35 minutos se podrá ir de una punta a otra de la capital frente a los 45-50 minutos que tarda la línea 12. La velocidad comercial media de la nueva línea será 20 kilómetros por hora, más rápida que la velocidad actual de las guaguas, que se sitúa en los 11 kilómetros por hora.

Carriles exclusivos y frecuencia de paso cada cinco minutos

Una de las claves para que este servicio tenga éxito es la frecuencia de paso, que se espera que sea cada cinco minutos, lo que se conseguirá gracias a la preferencia semafórica y los carriles exclusivos. Es en estos donde se invertirá casi todo el presupuesto ya que con la MetroGuagua se hará una metamorfosis de las principales arterias de la ciudad lo que se treducirá en la supresión de plazas de aparcamientos y carriles de vehículos privados.

La construcción de los carriles exclusivos coincidirá también en el tiempo con otras obras previstas en la ciudad, como las del Plan Director de la Bicicleta. El Consistorio encajará estos trabajos para hacerlos coincidir y reducir las molestias.

En algunos puntos sí coincidirán el carril MetroGuagua con los carriles bici, como en Mesa y López o en Blas Cabrera Felipe, pero añade el concejal que no será lo habitual. Con ello se pretende una ciudad “diferente” frente a la actual que está “diseñada para el vehículo propio; el ejemplo es Luis Doreste Silva, donde el peatón pierde por goleada. Sabemos que lo que proponemos es revolucionario y que vamos a priorizar a los peatones, al transporte público y las bicicletas sobre cualquier otra manera de moverse, pero creemos que si al final la gente cambia a esos usos, el que tenga que utilizar el transporte privado no lo va a notar”, subraya Ramírez.

Además de hacerse carriles específicos, también se construirán paradas singulares que serán accesibles para todo el mundo. “La MetroGuagua no desplegará rampas, se alineará con las paradas por lo que en la accesibilidad se gana muchísimo, además, se paga en las paradas”, comenta Ramírez. Así mismo, también habrá tres estaciones, la de Hoya de La Plata albergará la cochera, mientras que la de Manuel Becerra será final de trayecto. La otra estación estará en Santa Catalina y será subterránea con una salida a la superficie en el Edificio Miller e interconectada con el Intercambiador.

Puntos negros y molestias de las obras

Tres son los puntos más complejos a la hora de llevar a cabo la metamorfosis en la ciudad: la parada a la altura de la Plaza Santa Isabel, el soterramiento en Bravo Murillo y el desplazamiento de la Avenida Marítima en el istmo hacia el interior del Puerto. Del primero, el concejal de Movilidad aclara que se tendrá que ganar terreno 14.000 metros cuadrados al mar, por lo que será necesario hacer un relleno y rodar la Avenida Marítima. “Vamos a intentar que afecte lo menos posible, intentaremos que no se cierre la Avenida pero en algún momento puntual podría ocurrir el cierre de algunos de los carriles”.

Mientras, el soterramiento en Bravo Murillo consistirá en hacer un túnel para los coches que se incorporen a esta arteria desde la Avenida Marítima, de manera que la MetroGuagua pueda pasar desde San Telmo a la calle Venegas en el mismo plano. “Es una obra importante en un cruce y en el momento que lo acometamos sabemos que ahí puede haber cierto conflicto”, admite Ramírez.

Por último, el tercer punto de mayor afección existirá en el istmo, donde será necesario ganarle espacio al Puerto. “La MetroGuagua va por fuera, va por donde ahora mismo transcurre la Avenida Marítima, por lo que la vamos a desplazar hacia el Puerto”, recalca el edil, quien señala que, al igual que el tramo a la altura de la Ciudad de la Justicia, se intentará que afecte lo menos posible al tráfico, por lo que para ello primero se hará el trazado en el interior del Puerto para así desviar el tráfico antes de comenzar a hacer el carril exclusivo.

Con este proyecto se eliminarán los carriles buses de las calles Juan Rejón y Albareda que ya “no tendrán sentido”, afirma Ramírez, quien resalta que con la incorporación de la línea de alta capacidad se eliminarán las líneas 1, 2, 12 y 33, entre otras. La supresión de estos trayectos permitirá volcar en la parte alta de la ciudad estas guaguas, por lo que al entrar la línea de alta capacidad en funcionamiento se beneficiará el sistema en su totalidad. “Gente que vive en barrios que tienen frecuencias de paso de 45 minutos las van a tener de 15 o 20 minutos y a lo mejor se harán recorridos más cortos para hacer transbordos con la MetroGuagua”, indica Ramírez.

“Sabemos que las obras van a causar molestias, por lo que pedimos la complicidad ciudadana; este es un proyecto importante para la ciudad, transformador, de futuro... vamos a causar las menores molestias posibles, teniendo en cuenta para que no coincidan en puntos clave de la ciudad dos obras potentes que generen impacto en el tráfico, y además las queremos también relacionar con el resto de obras que se van a producir en la ciudad y que tienen que ver con otros proyectos”, reconoce Ramírez.

Por tanto, para buscar los menores perjuicios, el Ayuntamiento promoverá campañas de comunicación destinadas a explicar a los palmenses las mejores alternativas de movilidad. “Vamos a intentar hacer un trabajo muy costoso, que creemos que es necesario, para que la gente tenga mucha información para poder minimizar el nivel del quejas”, advierte el edil, quien reconoce que desde el Ayuntamiento se podrían “comportar de manera irresponsable y tener la MetroGuagua finalizada antes de las elecciones de 2019, pero creemos que eso va a generar un impacto en la ciudadanía que no queremos provocar”.

El hecho de que la construcción de los carriles se haga por fases hará que cuando se terminen todas las obras, a finales de 2020, las que se hayan realizado en primer lugar -como las que comienzan este verano que se espera que concluyan a mediados de 2018- ya tengan años de uso. El Ayuntamiento tiene planeado que se usen estos carriles exclusivos por guaguas y taxis hasta tanto entre en funcionamiento este servicio exprés, y que cuando llegue la fecha de la inauguración se haga una restauración de los mismos.

En cuanto a las 17 nuevas guaguas, el Consistorio las adquirirá en el último momento posible para que sean más modernas, e intentará que sean 100% eléctricas.

Por otro lado, cuestionado sobre el impacto que pueda tener en el sector del taxi este nuevo medio de transporte, el concejal anuncia que está en proceso un estudio para estimar cómo será la competencia con este transporte público, aunque cree que los taxis también se verán beneficiados. “Si nosotros conseguimos que el ciudadano deje su coche en el garaje, una vez que hemos conseguido que la gente descarte el uso del transporte privado, va a ocurrir que muchos ciudadanos en un momento dado complemente los distintos medios. Estamos convencidos de que si logramos eso, el taxi se verá beneficiado de este cambio en la cultura de la movilidad que proponemos a la ciudadanía”.

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