Que Carod Rovira es un bocazas lo sabe hasta el CNI, que ya es enterarse de cosas. Que fue muy desafortunado su llamamiento a boicotear Madrid 2012, lo sabe hasta él. Pero que en respuesta a un cantamañanas desde el Madrid más caposo y profundo se tratara de boicotear el cava, es un delito de leso paladar. Lo demuestra el hecho mismo de la calidad que están alcanzando los espumosos catalanes, que llevan dos años ya girando por España, de la mano del Institut del Cava, para dar a conocer las cualidades de ese producto y las posibilidades que presenta para ser consumido todo el año, no sólo por Navidad. Y no sólo a los postres, sino durante toda la comida. Quedó acreditado este jueves a lo largo de un almuerzo en el restaurante Madrás, de Las Palmas. Seis cavas distintos fueron degustados y maridados con otros tantos platos. Lo explicó a la perfección un sumellier, no catalán, sino canario, Octavio Batista Miralles, se puede tapear y hasta almorzar acompañados de un buen cava bien elegido para cada plato.