A José Manuel Soria no le escribió sus intervenciones de este pleno el siempre rico en contrastes Víctor Rodríguez Gago, su jefe de gabinete en la distancia. De este modo se entiende que introdujera expresiones menos académicas, como un graciosillo “¡cógelo, Cuco!”, que localizó en el acervo grancanario y que utilizó tras un relato de logros vendidos y nunca alcanzados por Adán Martín. Más emotivo estuvo para referirse a Adolfo Suárez (“ese sí que era un presidente”, enfatizó, sin que nadie le añadiera, “no como Aznar”). Más bíblico se presentó Juan Carlos Alemán, del PSC, que apuntó al riesgo que corrían los diputados de que, ante la altura del debate, “la nacionalidad termine por echarnos del templo como Jesucristo echó a los ladrones”. Ejem.