Para quebrar la unidad del grupo del PP en el Cabildo de Fuerteventura, donde ese partido gobierna con CC-AM, al marqués no se la ha ocurrido otra cosa que expedientar (con amenaza de expulsión) a uno de sus referentes, José Medina. Téngase en cuenta que de los cinco consejeros conservadores, González Arroyo controla solamente a dos (Ana Padilla y Claudio Gutiérrez) y necesita mandar a Águeda a una exclusiva en el Parlamento o en el Gobierno y entregar las cinco actas a un pacto con el PSOE que hiciera presidente del Cabildo a Blas Acosta, y a él, alcalde de La Oliva. Lo curioso de todo esto es que el presidente del PP ha abierto expedientes alegando una infracción estatutaria en la que él mismo lleva incurriendo décadas.