Total, que el 1 de diciembre pasado se puso en marcha la operación de contratar gente, que ya se sabe lo rentable que es eso políticamente. Y empiezan a desperdigar por la isla ingenieros, diplomados y titulados de FP II en Informática que, al descubrir que no tienen nada que hacer, son concentrados en la sede de Juventud del Cabildo, en la plaza del Obelisco. No saben qué hacer con ellos (ya desembucharían, ya), y ahí los tienen mano sobre mano en horario de mañana, y encima sin cobrar, que es lo bonito que tiene el asunto. Para terminar de encharcarla más, van y se enteran el otro día de que es posible que no cobren hasta marzo por no se sabe muy bien qué problema administrativo que nadie les resuelve, y que, encima, tienen que ir al Servicio Canario de Empleo a volver a firmar los contratos, pero esta vez como auxiliares administrativos, es decir, con menor categoría y menos sueldo.