Hay revoltura en el Honorable Cuerpo Consular acreditado en Las Palmas, que se reúne de vez en cuando para medir el grado de honorabilidad del colectivo y, llegado el caso, poner de patitas en la calle a aquel o aquella que se salga del tiesto. Hace un par de martes se reunió ese pedazo de cuerpo para analizar el comportamiento del ex honorable cónsul de Bolivia, al que han decidido irradiar por un comportamiento anómalo, al parecer por arrogarse una representación que no le correspondía. Lo malo de echar a alguien del Honorable Cuerpo Consular es que tal colectivo no existe ni así se encuentra reconocido por el Ministerio de Asuntos Exteriores. Se trata de una asociación, inscrita como tal en el Ministerio del Interior, con las mismas características que una asociación de vecinos o una asociación para la salvación de las tortugas bobas. Sólo que en el caso del cuerpo consular, siempre les invitan a canapés. Y así tienen el cuerpo que tienen.