Ya lo advertíamos ayer en esta misma sección: la dirigencia del PP no parece estar dispuesta a que la presente legislatura nacional, con sus reminiscencias autonómicas, sea tranquila y serena. La crispación, la confrontación, la intransigencia serán la constante porque creen -en la cúspide- que ese modelo les volverá a dar buenos resultados. Lo malo es que se contagie, y les aseguramos que se contagia. El mismo domingo 13 circulaba por los teléfonos móviles de media España un mensaje con el que los más fanáticos de ese partido pretendían mermar los apoyos a Borrell. Para ello utilizaban una rima soez aprovechando los apellidos de Ortega Cano, al que le atribuyeron una vez un lío con el socialista que ambos se han aburrido de desmentir. Pero da lo mismo, ya subidos al burro, arre burro.