Es evidente que para ese proyecto habrá que convocar un concurso, que no está el horno para bollos. Lo malo es cómo son los preparativos para que ese concurso sea a plena satisfacción del cliente. Ya vimos antes cómo Arnáiz remite a los empresarios amigos el informe jurídico hecho para vestir el machango y que nadie pueda toser en lo sucesivo. Pero es que en el estudio del 24 de junio se explica cómo debe ser el concurso “convocado por el Puerto: ”Podría ser con forma de pagos anuales por el Puerto (...) Ventaja: sería el más rápido, nos lo podrían adjudicar en tres o cuatro meses. Inconveniente: se podrían presentar Dragados, Cubiertas u otros, y aunque nos lo adjudicaran, tendríamos que hacer unas bajas en nuestra oferta“. ¡Anda, qué trastada!