No falla. En la Institución Ferial de Canarias se ha aplicado una política de personal absolutamente indigna de un organismo público, dependiente -cómo no- del Cabildo de Soria, provincia de Las Palmas. Atentos a los bomberos, que si este lunes ya se les obliga a comer so pena de expedientarles, pronto aplicarán lo que han hecho en la Feria, que es de manual de acoso y despido. Desde los últimos meses de 2004 empezó la persecución a los que pretendían despedir alegando falta de rentabilidad y de eficacia y eficiencia del puesto que ocupaban las víctimas. Invariablemente se repite el mismo esquema de persecución laboral: primero empiezan por desprestigiar al trabajador una temporada, luego lo van arrinconando al tiempo que afloran quejas por su baja productividad y el alto coste de su puesto. Lo aburren incluso negando sistemáticamente inversiones para su departamento, inversiones que luego aparecen cuando ya el trabajador ha sido despedido.