Cuentan que Juan Carlos Alemán pasó un amago de negociación hace unos días con Adán Martín, con el que despachó por espacio de una media hora, minuto arriba, minuto abajo. Los primeros veinticinco los emplearon en decir tonterías, ya se sabe, que si las cosas del tiempo, el efecto invernadero, lo mal que andan los calabacines en La Recova y el talante ZP. De repente, Alemán se da cuenta de la hora y le entran los sudores, así que se lanza a degüello y pide la mano de su interlocutor, que raudo y veloz le devuelve el envite con un escueto y frío “a mí el partido todavía no me ha dicho nada”. Pero, vamos a ver, desde el 14-M para acá han pasado seis meses, ¿y todavía nadie ha negociado en Canarias un cambio en el Gobierno? ¿Miente el presidente cuando dice esas cosas a su potencial socio de Gobierno o trata, como siempre, de ganar tiempo? No queremos ni pensar que el único que ha movido ficha es Mauricio, porque entonces, como nos temíamos, esto cada vez va más proa al marisco. Ah, cuando Adán Martín contestó lo que contestó a Alemán, éste se levantó y quedaron para otra nueva sesión de té con pastas sin fecha fija.