El Granca es una golosina para los políticos con corta visión de miras. Ven en ese club, que goza de un amplio respaldo popular, una catapulta para ganar estimación ciudadana, a lo que se suma la inminente celebración del Mundial de Basket en el año 2014, con una macro obra, el palacio multiusos, por medio. Demasiadas tentaciones como para dejarlas en manos de cualquier advenedizo que no tenga perfectamente diseñadas sus ambiciones. José Miguel Bravo de Laguna creyó desde el principio que ese puesto de consejero de Deportes estaba hecho a la medida para su hijo Lucas, al que pretende colocar muy bien para que continúe viviendo de la política todo el tiempo posible una vez demostrada que Salamanca ni da ni le espera. El Cabildo, como se sabe, es el propietario del club, no en vano le aporta cada año, con el dinerito de todos, 3,2 millones de los 5,7 que tiene de presupuesto. Un juguetito impresionante en manos del Niño Bravo.