La moción nacionalista no va dirigida a que Soria reponga las poltronas a su lugar original, sino que el presidente del Cabildo se dé unos garbeos cada vez que tenga la ocurrencia de querer hablar en los plenos. Así, CC quiere que Soria baje hasta el sillón de Miguel Jorge Blanco para hablar desde allí. En una primera lectura que dimos a la moción llegamos a pensar que insinuaban que el presidente se sentara sobre los muslos del primer vicepresidente, pero no. Lo que quieren es que Jorge Blanco suba al altar mayor mientras el presidente habla desde el común. Mucho trasiego nos parece esto para personajes tan excelsos, por lo que proponemos lo contrario: que cada vez que algún portavoz de la oposición quiera intervenir en el Pleno, suba los seis escalones y se sitúe en la misma cota, altura o nivel que el presidente. Y que hablen desde allí, a ver si alguien es capaz de impedirlo.