El tercer obús lo lanzó Saavedra al centro de gravedad de su propio partido: aconseja a los jóvenes que no se afilien, que en el partido hay una vida orgánica donde los codazos son de tal calibre que terminan comiéndose a los niños crudos. Aquí Jerónimo estuvo decidido, pero la realidad es que los fichajes de extramuros, Arcadio Díaz Tejera y José Miguel Pérez, que él mismo apoyó en su necesidad de dotarse de musculatura orgánica, se tienen que apoyar en gente antigua que hoy no vamos a nombrar, que estamos en Navidad. Otro día publicaremos los nombres de líderes orgánicos que no son en absoluto líderes sociales y cuya estatura intelectual más bien se asemeja a un pigmeo. Aquí la cultura aludida es la de Alemán. Por lo tanto, Jerónimo dijo verdades como puños. Acaso testimonios, pero peor es estarse callado. Y aunque sólo prospere la primera de sus ideas, y el Partido Socialista decida sus cosas lejos de donde habitan los empresarios del régimen, ya habremos avanzado un rato.