No han aprendido en la Comunidad Autónoma de Canarias de las dramáticas lecciones de las inundaciones de Santa Cruz de Tenerife del 31 de marzo de 2003. Recordarán que quedaron en evidencia multitud de deficiencias y de errores de logística que todos se comprometieron a corregir. Alguna se ha corregido, como la de los generadores de luz del 1-1-2. Pero sin que el temporal de esta semana fuera tan trágico como aquellas inundaciones, volvemos a encontrarnos con clamorosos fallos, impensables en una región con el grado de desarrollo económico de ésta. Por ejemplo, es llamativo que Tenerife haya tenido que padecer más de dos días sin luz, o que muchos servicios de la Comunidad Autónoma no hayan podido funcionar por estar vinculados a un servidor inutilizado en Santa Cruz de Tenerife y sin un espejo en Gran Canaria.