Las Palmas crece desde atrás

La Unión Deportiva Las Palmas ofreció su buena cara en defensa y esto, en buena media, le valió para arrimar la primera victoria a su casillero, justo frente al Club Deportivo Numancia (1-0), que se asomó a la isla como líder, y además se empleó como tal en el maltrecho césped del Estadio de Gran Canaria.

Aún se desconoce -es demasiado pronto- si la falange defensiva que utiliza el conjunto amarillo, con el portero argentino Fabián Assmann incluido -debutó el sabado y pasó inadvertido-, es la precisa para acometer de lleno el asalto a la Primera división, pero nadie discute que es sólida -goles iniciales de competición al margen-, estable, expeditiva e incluso atacante, cuando se precisa.

Los tres puntos que acumuló el equipo que entrena Sergio Kresic son más valiosos, tanto por lograrlos contra un adversario de armas tomar, ya que llevó el peso del partido casi siempre, gozó de excelentes ocasiones para abrir el marcador y terminó en inferioridad numérica, como por certificar el mejor comienzo de temporada en las últimas calendas.

La suerte y el árbitro jugaron un papel decisivo en ese triunfo del cuadro insular. Pero la fortuna es un arma de doble filo en cualquier deporte y pasa factura o beneficia en diversos momentos de un campeonato -rara vez elige domicilio perenne-; y en el capítulo del colegiado ocurre otro tanto -unas veces quitan y otras dan-.

El técnico del Numancia, Gonzalo Arconada, en todo caso, cargó buena culpa de la derrota al trencilla madrileño Pino Zamorano -un árbitro de la Premier League no hubiera mostrado las tarjetas que éste: nueve del color amarillo y una del rojo-.

Textualmente, al término de ese enfrentamiento, Arconada no se cortó un pelo y afirmó que el resultado final “estuvo muy influenciado por la actuación arbitral”.

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