Poco mérito tenía aquella anticipación del resultado final. Son tipos previsibles. Incluso se adelantó que los contrayentes justificarían el invento en la necesidad de asegurar la estabilidad, la gobernabilidad y dos piedras. Siempre se dice. Sólo podía alterar este final que los psocialistas lograran la imposible mayoría absoluta. Llama la atención el nombramiento de Mercedes Roldós en Sanidad. Aseguran que para acelerar el proceso de privatización de la atención sanitaria en la línea de la derechona patria y cierra España. Pero lo llamativo no es eso, que responde a la política estatal del PP, sino que los áticos soltaran un departamento tan goloso presupuestariamente. Olvidan los extrañados que lo relevante en materia de cuartos es el Servicio Canario de Salud; que quedará en manos nacionaleras y me llevo una. O sea: en las de un ático o asimilado, que será la persona en que delegue Luis Cobiella, el empresario favorito del insularerismo tinerfeño. Ya veremos si se confirma el barrunto. De momento, subrayo que no se habla de gestión ni de mejora de servicios a los administrados sino de repartos de poder e influencias. Para qué van a andarse con boberías.Por otro lado, del frente estatutario me dicen que igual no sale la reforma en esta legislatura. El PSOE le ha puesto la proa si no se acompaña de cambios del sistema electoral que CC y PP han acordado dejar tal cual. Encima, las enmiendas conjuntas de ambos dos la han encogido tanto que algunos abogan por retirarlo del Congreso y repatriarla dentro de una caja de zapatos; del 44 para que dé el tamaño folio. No sé lo que harán. No obstante, me da que la reforma lleva camino de unir en el fracaso a las tres fuerzas políticas que han tenido que ver con ella. Tanto si la retiran como si la sacan adelante mayormente descafeinada. De todos modos, tranquilos: seguirá amaneciendo cada mañana en la forma acostumbrada, que es lo importante.