Espacio de opinión de Canarias Ahora
Curarse en salud
La presidenta de la Comunidad de Madrid es una especialista en lanzar balones fuera. Casi tanto como el alcalde Almeida, que cada vez que patea un balón le da a un niño o a un fotógrafo debido a su mala puntería. No ve puerta ni equivocándose.
Cada vez que Ayuso se ve cuestionada arremete contra el presidente del Gobierno de España como si fuese su sparring preferido. Parece que no puede vivir sin él. Cuando peor van las cosas en la sanidad madrileña, la comunidad que invierte menos dinero por persona en toda España, la mujer desvía la atención diciendo patujadas como que el comunismo está detrás del cambio climático, que Pedro Sánchez es el Le Pen de la izquierda europea y que su gobierno quiere meter a la oposición en la cárcel como sucede en Nicaragua.
Yo no sé qué se pincha esta mujer para decir tantas tonterías seguidas, pero le saca provecho porque sus numerosos seguidores están encantados con ella.
A la derecha casposa española le gusta hablar de países latinoamericanos cada vez que tiene un problema en España. Hubo una época en la que le dio por hablar de Venezuela para criticar cualquier acción del gobierno y ahora Ayuso ha soltado lo de Nicaragua como si la gente fuera tan tonta como para creérselo.
Entiendo que su gente sí se lo crea porque no hay nada más que ver que cuantas más patochadas dice la presidenta de la Comunidad, más votos y simpatizantes tiene. Cada vez que dice una chorrada más grande, sus corifeos le aplauden incesantemente como si su función fuese liderar la oposición al Gobierno de España y no la de gobernar la Comunidad de Madrid.
Cada vez que hace esto sube el pan pero ahora literalmente y no figuradamente. Ayer le dio por hablar del caso de las mascarillas en Canarias para justificar sus tropelías en la sanidad madrileña. Curiosamente hizo esta declaraciones en una entrevista hecha por Antonio García Ferreras en la Sexta el mismo día que se sabía que la justicia europea se iba a encargar del caso ya que para esta compra supuestamente fraudulenta se utilizó dinero de la Unión Europea. Precisamente lo mismo que ha ocurrido con los chanchullos de su hermano en la compra de mascarillas y demás material sanitario para la Comunidad de Madrid, operación en la que se llevó una elevada comisión. La justicia europea se ha encargado de este caso por los mismos motivos: el dinero provenía de la UE.
Los votantes de Ayuso no saben el flaco favor que esta mujer le está haciendo al supuesto líder del partido, a quien ridiculiza cada vez que puede, como hizo al presionarle para que no cerrara con Pedro Sánchez el acuerdo de renovar el Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Constitucional.
Ya estaba todo preparado para la firma cuando Feijóo cambió de parecer después de una llamada de Ayuso. Tardó menos de lo que canta un gallo o de lo que Pedro Sánchez confunde Kenia con Senegal.
Núñez Feijóo fue la gran esperanza blanca de la derecha pero ahora cada día se parece más a Pablo Casado, que empezó de gallito y al final acabó desplumado por su propia gente.
Ayuso le ha dado el recado a Feijóo para que sepa quién lleva los pantalones en el partido. El problema no es que los lleve ella sino que le quedan fatal.
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